“El concierto de mañana irá directo a las piernas, a la mente y al corazón”

Empezó a construir “La manada” desde el caos y los temas le pidieron rapidez. Saltaron furiosos y directos a un trabajo que hará mañana retumbar la lámpara de araña del salón Victoria, en el Hesperia Finisterre, en una cita a las 21.00 horas donde Ariel Rot promete rock. Del último disco presentará siete u ocho temas, el resto será “un viaje musical por mi vida” con su banda, “más trepidante, más músculo y más físico” que su última parada en San Antón. Cargado de emoción, si cabe, el concierto irá directo a las piernas, a la mente y al corazón al mismo tiempo. 
El argentino tocará un cuento con la guitarra que “es el gran hilo conductor” de “La Manada” porque si bien en anteriores trabajos se preocupó más de la composición y la voz, en este pensó que ella tenía que ser más indiscreta, “menos elegante”. Con las cuerdas, habla de “recuerdos, pensamientos y deseos”. De historias y lo que ve a su alrededor para jugar con “casi todo mi universo musical”, que no es poco, “con todo eso de lo que me alimento” y regresar al lenguaje universal, el rock, primo hermano del swing y del jazz. No abrió demasiado su estilo, asegura. Solo intentó quitarse peso para ser más flaco todavía y dejar que las canciones fluyan “sin demasiado sentido”. 
Afirma no haber analizado mucho el material, aunque en esto de componer lleva dos vidas, la primera con Tequila y Los Rodríguez, y una segunda en solitario donde detecta en segundos “cuando hay cosas mal cerradas”. Se enfrenta a la frase que todo lo emborrona y le dice “te quedas ahí” o la trae a su repertorio porque “aunque no consigo dar con ella, igualmente merece la pena y es música. Y la música no tiene que ser perfecta”. 
Por eso, espera que no se haga tarde muy pronto, como le dijo un día su hijo, algo que se aplica a la vida o a una única noche donde todo transcurre demasiado rápido. 
Ariel Rot habla del poder de seducción que tiene “La Manada” en una primera escucha: “A mí me pasa que con una vez me doy cuenta si sintoniza conmigo y si tengo que hacerlo muchas veces es que no lo consigue”. De ese lazo fuerte que tiene “La Manada” y de los otros que anudó hace tiempo, dará buena cuenta el artista en “Las Noches de la Suite Galicia” en la que no faltarán las de siempre, es inevitable, y los coruñeses podrán disfrutar de una cena cóctel: “Es un evento distinto porque aparte del evento, se puede comer, es bastante íntimo y se crea un ambiente interesante”. 
Los platos los cocinará el chef del hotel, Tito Fernández, para 120, los que reserven entrada vip en la escena de ese cuento coherente, que no es más que la historia de su vida. En este sentido, Ariel explica que a esta le buscó un nuevo camino después de “La Huesuda”, que fue más reflexivo. Se dejó llevar por el lado de la intuición y los temas fueron surgiendo para ser íntimo a ratos sin la exigencia de otras veces: “Fue como una manera de romper el bloqueo”. Desde que se puso a grabar, “no compongo”. 
Estando más tranquilo ahora, sabe que no pasará mucho hasta que coja la guitarra, que en la vida de Ariel Rot es como el pan o la almohada, y activar esa especie de antena receptora desde la que observa. Para hacerlo canción. n