Las comparaciones que se vierten sobre dos graves desastres

Las comparaciones que se vierten sobre dos graves desastres
El desastre del 20 de septiembre de 1996 convirtió O Portiño en una zona de catástrofe, cuando cayeron 200.000 toneladas de basura | AED

Durante las últimas semanas, la tragedia de Zaldíbar, en Vizcaya, en donde el derrumbe del vertero engulló a dos trabajadores, han tenido repercusión nacional. Quizá por eso la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, aseguró que la situación de este verano, cuando se almacenaron rechazos (basura procesada no reciclable) en Nostián supuso el mismo peligro que provocó el derrumbe de Zaldíbar.

Su homóloga municipal, Esther Fontán, mostró su desagrado por las declaradas de la conselleira, que considera que vienen a ensuciar su labor. “Fue a toro pasado, era innecesario hacer esa comparación cuando en la planta de Nostián no había nada que pudiera revestir ningún tipo de peligro”. Recordó que no existía siquiera peligro de contaminación con los lixiviados: “No entiendo como hizo una comparación tan extemporánea y tan irresponsable como esa. Demuestra una falta de rigor técnico absoluto o no sé como interpretarlo”   .

 En cambio, para cualquier coruñés es fácil que el desastre de Zaldíbar evoque el derrumbe del vertedero de Bens, que ocurrió en septiembre de 1996. En ambos casos, se produjo una avalancha que acabó con vidas humanas, pero también hay diferencias.

En el caso de A Coruña, el derrumbe de 200.000 toneladas de desechos  se produjo en un recinto no cerrado del todo. Los camiones vaciaban la carga directamente, y los chatarreros entraban para buscar restos aprovechables. Por eso cuando cayó, alcanzó el vecindario cercano, tragándose a un residente que estaba limpiando su coche.

El cuerpo de Joaquín Serantes nunca fue hallado y tras tres semanas de búsqueda, el juez ordenó que cesaran las labores. Ni siquiera se pudieron emplear perros, porque su olfato quedaba anulado por la basura.  

De mal olor a gas tóxico

También es muy poco probable que se hallen los cuerpos de los desaparecidos en Vizcaya, que eran dos operarios del vertedero, porque contiene tres millones de toneladas de residuos y porque se incendió. Otro factor a tener en cuenta es que los coruñeses solo tuvieron que soportar mal olor en 1996, mientras que los vecinos de Zaldíbar están expuestos a gases tóxicos por al combustión de 16.000 toneladas de amianto.

Remover la basura para buscar los cuerpos solo sirve para reavivar el fuego. La forma más directa para apagarlo es enterrar la basura,  pero eso significaría abandonar al búsqueda de los cuerpos, y reavivaría la polémica que ya existe ahora mismo.

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