Cómo hacer que un robot camine al revés

Cómo hacer que un robot camine al revés
los participantes se afanaban por demostrar que su robot era el mã¡s ingenioso y prã¡ctico javier alborã©s

En cinco minutos, Miguel, Dani, Artai y Rafael lograban que su robot andara con la señal de una palmada. Muy cerca de ellos, sus compañeros Lois, Rui y Wenhao iluminaban a su androide con un sensor. Y el mecano cogía carrerilla por el suelo de la Fundación Barrié pero no dejaba de caminar sin la luz. Había que repasar lo programado. Algo fallaba pero no importaba porque iban a dar con el quid. El grupo estaba encantado de participar en el quinto Concurso Galego de Robótica, donde la Institución Galega de Ciencia les planteaba una serie de desafíos y ellos, como no, se ponían el mundo por montera. Con su cabeza en “on” y unas cuantas nociones de robótica.

estudiantes de 30 centros participaron en una actividad donde programaron androides para que caminasen  a golpe de palmadas o sensores

Las que los expertos del colectivo les impartían minutos antes de que empezaran a coquetear con los bichos sin corazón. A través de un lenguaje icónico que se metieron en el bolsillo en poco tiempo y la lógica. Imprescindible. La miembro del colectivo, Inés Ben, decía que lo más sorprendente era la capacidad de los alumnos y “o entusiasmo cando máis pequenos son”.

Los de ayer venían del IES Sofía Casanova de Ferrol con la intención de pasar un buen rato. Comentaban sus profesores que una vez metidos en el ajo ni los más canallas desviaban su atención. Todos se metieron en el papel de programadores y no levantaban la vista de las instrucciones. Para sumar cuantos más puntos mejor. Por delante, tenían el reto de hacer que su robot oliese el peligro y se parase justo delante del abismo, esto es, en los bordes de la mesa. De que caminase al revés como los cangrejos o que solo se desplazase por superficies claras haciendo un “stop” en las zonas oscuras.

 

divulgación

Dirigida a estudiantes de 12 a 17 años, la actividad pretende levantar el interés de los jóvenes para que sigan poniendo a prueba sus aptitudes fuera del concurso y acudan a nuevas convocatorias y carreras científicas. En el certamen han participado 970 niños de 30 colegios de toda Galicia con el plus de que ninguno lo hizo de forma relegada. El concurso ha provocado además nuevas inquietudes. De los que han dado un paso más allá y han trabajado en proyectos relacionados con la robótica. Es el caso de un grupo de estudiantes del IES de Ortigueira que han presentado un brazo de androide.

Los premios están divididos en dos categorías según los equipos sean de ESO o Bachillerato con tres distinciones de 150, 100 y 50 euros, una recompensa que desde la Institución Galega de Ciencia pretenden que inviertan en divulgación para el centro. Para que sigan dialogando con los artefactos de igual a igual. Y “fuchicar”, como decía Rui.

 

Cómo hacer que un robot camine al revés

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