El comercio de servicios es el único que logra resistir en el barrio de Monte Alto

El comercio de servicios 
es el único que logra resistir 
en el barrio de Monte Alto
Muchos negocios de Monte Alto han ido cerrando en estos años | pedro puig

A Coruña tiene unas áreas eminentemente comerciales cuyo punto fuerte no se le escapa a nadie. Para ir de compras están Distrito Picasso, la Zona Obelisco o la calle Barcelona. Sin embargo, esa tendencia a centralizar los negocios ha dejado dañado el tejido comercial de otros barrios periféricos. Monte Alto, en donde el Ayuntamiento tiene previsto realizar una nueva campaña del programa “Tiendas a examen”, es uno de esos entornos. A pesar de tener una población muy arraigada, son solo los negocios dedicados a los servicios los que resisten y en los últimos años fueron echando el cierre distintos establecimientos dedicados a la venta de textil y calzado, por poner un ejemplo.
En Monte Alto predominan las cafeterías y los bares, funcionan bien los ultramarinos y supermercados, proliferan las panaderías y hay otra serie de comercios como los de Loterías y Apuestas del Estado o mercerías que van capeando la contracción del consumo. En general, son empresas dedicadas a los servicios las que llegan a conseguir una estabilidad. Incluso hay empresas vinculadas a la construcción y profesionales liberales que tienen almacenes y despachos.
Son los que han podido aguantar porque en los últimos años muchas tiendas tradicionales, dedicadas a la venta de ropa, zapatos o joyas, han tenido que cerrar por falta de clientela. En algunos casos hubo jubilaciones pero estas no tuvieron el relevo esperado y el sector, en su vertiente más reconocible, está en horas bajas. Lo dice el propio presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes de Monte Alto, José Luis Boado, que afirma que el “comercio necesita promocionarse”.
Como en A Falperra, donde ven la plaza de Santa Lucía como el eje central para reactivar la economía comercial, Boado entiende que el mercado del barrio “debe abrirse al exterior” y albergar actividades, que permitirán que se vuelva a mover gente hacia la zona. Con independencia de que en algunos casos, achaca a los problemas de movilidad las dificultades por las que han pasado los empresarios, el representante puntualiza que el éxito o el funcionamiento va por lugares.
A pesar del “abandono del barrio” que denuncia, sostiene que “hay algunas zonas que están resurgiendo y otras muriendo”. Del primer caso se podría encontrar la referencia de la calle de la Torre y respecto al último extremo, vuelve a hacer alusión al mercado, cuya reforma ve “paralizada” y con el comercio de alrededor “pasando penurias”. “Han cerrado bastantes negocios y los que quedan sobreviven a duras penas”, resume, por lo que solicita ayuda tanto de promoción directa como a través del patrocinio de actividades que resulten atractivas para el público.

Colaboración y análisis
Boado reconoce que es la hostelería la mejor parada, pero considera que esto tiene cierta vinculación con que los precios de los locales son más asequibles que en el centro, aunque ahora en calles con San Juan o San José hayan comenzado a subir.
Quizá la iniciativa del Gobierno local de aplicar el proyecto “Tiendas a examen” en Monte Alto pueda dar un giro al sector en el barrio, si bien de momento se desconoce cuándo se pondrá en marcha, dado que todavía está en proceso de contratación por 60.000 euros. Una treintena de espacios deberán ser analizados y la asociación pide poder colaborar en la selección.
En cualquier caso, recuerdan que las conclusiones sacadas en otros barrios en los que se realizaron los mismos análisis nunca han llegado a trascender para ayudar a todo el sector.

El comercio de servicios es el único que logra resistir en el barrio de Monte Alto

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