Los comerciantes de la Ciudad Vieja hacen un balance positivo de la Feria Medieval

Los comerciantes de la Ciudad Vieja hacen un balance positivo de la Feria Medieval
Los coruñeses llenaron la feria toda la semana | aec

Una vez concluida una nueva edición de la Feira das Marabillas es tiempo de hacer balance y en este caso, aunque todavía sin cifras, las impresiones recogidas por la organización son bastante positivas con el único punto negro del nuevo enclave designado por el Ayuntamiento para realizar la cena medieval.
“El objetivo, que es atraer gente y dinamizar la zona, está cumplido. También ser un polo de difusión y con objetivos comerciales, y todos los que están durante todo el año tuvieron importantes ingresos”, explica Adolfo López, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Ciudad Vieja (Aceca).
Además, López indica que otro de los principales objetivos que persigue la feria medieval es que los encargados de los establecimientos temporales que se montan en esta cita vendan, algo que piensa que también fue de esta manera en la edición recién finalizada.
El presidente de Aceca no dispone todavía de cifras que corroboren sus impresiones, pero tanto lo que él mismo pudo observar y los comentarios que le llegaron es que la edición de este año fue similar en cuanto a volumen de ventas y de visitantes.
“No podemos hablar de número de personas, pero más o menos como el año pasado”, explica Adolfo López, quien destaca que “hubo momentos puntuales de mucha gente, como el último día por la tarde”.

Ambición
La ambición por parte de la organización de esta cita anual es tener un público cada vez más amplio. “Queremos llegar a gente que no sean solo de la propia ciudad, sino que los hay que vienen de fuera, de bastante lejos”, asegura López, quien añade que los coruñeses “ya conocen” lo que se ofrece. “Nuestra intención siempre es mejorar el evento y que sea una referencia”, explica.
Uno de los principales obstáculos con los que tiene que luchar la feria en la que la Ciudad Vieja regresa al medievo es la climatología. Así, este año tuvieron bastante suerte, aunque hubo algún momento en el que la lluvia se puso en contra de sus intereses. “Hubo algún día que llovió y eso merma mucho, por ejemplo con los niños en María Pita, que si se pone a llover, desaparecen”, destaca Alfonso López sobre el tiempo.
A nivel general, el presidente de Aceca se muestra muy contento con cómo discurrió la cita y apuesta por mantener las actuales condiciones. “Hay opiniones que quieren que se haga más días, aunque creo que los actuales son suficientes”, indica.
Sin embargo, hubo un aspecto negativo y que era una novedad este año. La tradicional feria medieval, que en este caso tuvo lugar el pasado lunes, se trasladó del jardín de San Carlos al Rectorado de la Universidad y el análisis es insatisfactorio.
“Se hizo muy bien en el Rectorado, pero no tuvo la asistencia que querríamos porque entendemos que el sitio no es el apropiado. Hacía bastante viento y frío y disminuyó el número de participantes con respecto a otros años”, describe.
El cambio vino ordenado desde el Ayuntamiento y por motivos medioambientales, pero el nuevo emplazamiento “no es el apropiado”, insiste Adolfo López.

Los comerciantes de la Ciudad Vieja hacen un balance positivo de la Feria Medieval

Te puede interesar