Los colectivos vecinales aplauden lo hecho por la Marea, pero esperaban más

Los colectivos vecinales aplauden lo hecho por la Marea, pero esperaban más
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En general, los representantes vecinales esperaban más de la Marea. Quizá por eso, para muchos su gestión fue decepcionante o insuficiente como para Ricardo Seixo, del Agra, que cree que la mayor parte de las necesidades del barrio se paliarían con voluntad política y no con dinero. Otras, no son culpa del Gobierno local. Vienen de atrás. Recuerda la mejora de calles como Páramo o Meira, “nada que non puidera facerse con outra organización, o que supón unha decepción porque agardábamos moitísimo deste colectivo de persoas que entraban no Concello”. Seixo ve innecesario los Dillo ti, porque mes a mes desde el colectivo recogen propuestas, “sabemos como temos o Agra e en que condicións queremos telo”. 

En O Birloque, sin embargo, Ramón Mañana señala que “fixeron o que non fixo ninguén”. Se encargaron de mejorar el tránsito por la calle de Universidad, de colocar pasos elevados de peatones y las cuestiones que están sin hacer son competencia de la Diputación y Fomento. En el distrito llevan pidiendo años que se aligere la carretera que cruza el barrio y que los camiones pesados no circulen por ella. 

En la Ciudad Vieja, valoran positivamente la peatonalización y rehabilitación anunciada para Cortaduría, Damas y Nuestra Señora del Rosario, aunque exigen que la reforma sea integral. Pedro Roque señala que son conscientes de que no se va a hacer en seis meses o un año lo que no se hizo en 30 años, pero recuerda que los primeros pasos están dados. Ellos seguirán exigiendo la dinamización de la parte más antigua de la península. En Ensenada del Orzán, José Luis Méndez concentra en dos palabras los cuatro años de mandato de la Marea: “Más ruído y descontrol de locales”, que pasan por cafeterías y funcionan como pubs “con la música a puertas abiertas”. 

Habla de que el macrobotellón de la ciudad está dentro de sus lindes en la zona de la plaza de la Cormelana y la entrada de edificios. En Bens, Antonio Conde indica que los niños siguen sin tener un parque infantil, las ambulancias no llegan a las casas por la estrechez de las calles y “falta alumbrado y conducir los pluviales”. 

Cuatro Caminos se queja de su inactividad como asociación vecinal: “No queremos ser gobernantes, per sí aportar ideas y que nos escuchen”. Juan Iglesias opina que “hicieron las cosas a su manera, no consultan y tampoco ejecutan porque Remanso es para este año y no han empezado”. 

En la otra punta, José Ramón Cernadas reconoce que no hubo grandes inversiones en Bens, pero que lo que se hizo, se hizo bien. Se puso en órbita Correlo y el proyecto del bosque de Breogán les ilusiona, “tienen pensado plantar frutales”, así que se está intentando. Nada que ver con la valoración de Juan Sánchez-Albornoz, que asegura que A Zapateira no existe para el Ayuntamiento. En todo el mandato, solo se acercó el director del área de Medio Ambiente: “Ni somos escuchados ni atendidos, no vino ni un concejal y menos el alcalde”. Paulo Sexto, de Os Castros, afirma que apenas invirtieron en la zona, “están adecentando o pasadizo da avenida de Oza e a Merced, a rúa de Montiño e pouco máis”. En Elviña, Leandro García, de Elviña Dos Fases, se queja de la suciedad, además de cuestionarse la operatividad de un carril bici que en la avenida de Salvador de Madariaga produce atascos. Explica que al reducir los carriles, esto genera una mayor densidad de tráfico en horas punta. Destaca el abandono y la inseguridad de un barrio que amanece y se acuesta con pintadas perennes. 

Eirís hace un balance positivo de lo hecho, aunque con matices. Las huertas comunitarias tuvieron muy buena acogida. Cuenta Mónica Díaz, la presidenta, que “as usuarias están encantandas por como se levan e a axuda que reciben”. También está el área canina y el arreglo de la pista de skate: “O parque é xa un lugar de referencia”. Humanizaron “A Calexa, e os accesos á canteira de Eirís, cambiaron beirarrúas que levaban máis de 30 anos”. La apertura de viales en el Ofimático les facilitó la vida a los vecinos, que esperan que el proyecto de la residencia para mayores coja forma y que el alcantarillado llegue todos junto al bus y la rehabilitación del castillo de Eirís y la Fonte dos Caños. 

Novo Mesoiro, el más joven de todos, remarca la pérdida de comunicación con María Pita y las trabas administrativas que les pusieron para citas como la del magosto. Mónica Calvo subraya su nula inversión. Solo la reforma parcial de los bajos de Ribeira Sacra les dio luz verde para realizar eventos los fines de semana.

Los colectivos vecinales aplauden lo hecho por la Marea, pero esperaban más

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