La Cocina Económica reordena su reparto en los barrios debido a la gran demanda

El servicio de reparto de comida en los barrios de la Cocina Económica sigue creciendo a medida que familias con pocos recursos conocen su labor. No obstante, la ingente cantidad de solicitudes nuevas recibidas y la atención de centenares de usuarios en O Castrillón, O Birloque y la Sagrada Familia ha obligado a la entidad benéfica a reorganizar el servicio para poder cumplir sus compromisos. Así, además de separar los horarios, han contratado a un empleado a media jornada.
 “Hemos realizado un cambio importante en la estrategia para racionalizar la distribución”, explica el tesorero de la institución y encargado de la descentralización del reparto, Emilio Suárez.
Aclara que debido a la gran cantidad de comida que había que trasladar y a la distribución directa a las familias llegaban tarde a los barrios porque hasta hace unas semanas en todas se desarrollaba el servicio de forma casi simultánea.

“1.300 raciones de techo”
Sin embargo ahora “para reducir esfuerzo y hacer el reparto” se han fijado tres horarios distintos. En O Castrillón los usuarios reciben su comida a las 10.15 horas, mientras que en O Birloque la entrega se hace una hora después. Los trabajadores y voluntarios de la organización cierran el turno de trabajo a las 12.15 horas en la Sagrada Familia.
“Incluso en las parroquias reconocen que el servicio está siendo un éxito”, asegura Suárez. No en vano ya atienden a mucha más gente de la que era beneficiaria al inicio del proyecto hace pocos meses.
“Tenemos 280 raciones en la Sagrada Familia, entre 305 y 310 en O Birloque y de 120 a 140 en O Castrillón, además de las 290 que se reparten en la cocina para los domicilios y las 250 que se dan en el comedor”, desgrana el tesorero, que aclara que el “techo máximo” alcanzado hasta ahora se fijó en diciembre con 1.300 raciones en total.

una contratación
La situación les ha obligado a contratar a un autónomo a media jornada para que colabore en el todo el proceso con su furgoneta. “Es la forma de tenerlo todo garantizado”, añade. Aunque en estas semanas la demanda es sostenida y en el comedor se están atendiendo dos turnos y medio en vez de tres, la junta directiva de la entidad benéfica estudia nuevas posibilidades con las “anticiparse” a la situación que pueda sobrevenir.
Así lo hacen porque, por ejemplo, el uso de algunos servicios que antes solo eran utilizados por las personas sin hogar se está extendiendo. “Esta semana vinieron al servicio de aseo integral dos familias con niños  y eso resultó chocante”, destaca, si bien recuerda que hoy en día “tener casa no significa tener agua ni luz”.