Un coche en llamas daña a otros dos vehículos y obliga a cortar al tráfico Alfonso VII

Un coche en llamas daña a otros dos vehículos y obliga a cortar al tráfico Alfonso VII
Uno de los ocupantes del vehículo cierra con el pie una de las puertas quintana

La calle de Alfonso VII, cerca del mercado de Santa Lucía, tuvo que cerrarse ayer al tráfico cuando un coche estalló en llamas. El vehículo se convirtió en pocos minutos en una verdadera bola de fuego que causó alarma entre los vecinos, que podían ver cómo las llamaradas salían por el habitáculo. Al lugar de los hechos acudieron efectivos de la Policía Local, que cortaron la calle, así como bomberos, que extinguieron rápidamente las llamas, aunque no lo suficiente como para salvar el vehículo, un Citröen Xsara, que quedó reducido a unos hierros calcinados.
Los propios bomberos reconocen que todo sucedió muy deprisa. Al parecer, el turismo estaba circulando en el momento de los hechos con dos personas a bordo, cuando comenzó a echar humo. Los ocupantes, alarmados, se detuvieron inmediatamente y abandonaron el vehículo dejando las puertas abiertas.
Afortunadamente, el conductor tuvo la presencia de ánimo suficiente como echar el freno de mano, dado que la calle de Alfonso VII tiene una pronunciada pendiente, que habría enviado al coche sin control contra otros vehículos aparcados.

repentino
El vehículo abandonado a su suerte siguió ardiendo aún con más fuerza. “Fue todo muy de repente”, reconocen los servicios de emergencia. De hecho, fue tan rápido que se especula con que el tubo del combustible perdiera líquido, y que ardiera al contacto con el motor caliente. Eso quiere decir que el fuego, como suele ocurrir con esta clase de averías, se inició debajo del capó, pero enseguida las llamas se abrieron paso hacia el habitáculo, donde comenzaron a consumir los asientos, que siguieron alimentando el incendio que generó una gran nube de humo que alertó a todo el vecindario de lo que estaba pasando.
La Policía Local cortó la calle mientras la dotación de Bomberos se encargaba de dirigir el chorro de las mangueras contra el coche, ya convertido en una hoguera que afectaba a otros dos vehículos cercanos, dañados por las altas temperaturas.
En cuestión de un minuto, el fuego se sofocó, quedando solo una humareda y el asfalto tiznado. Una grúa se encargó de llevarse el coche transformado en un chatarra quemada.

Un coche en llamas daña a otros dos vehículos y obliga a cortar al tráfico Alfonso VII

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