El COAG devuelve a las mesas los planos del arquitecto Fernández-Albalat

La sala de exposiciones de la delegación del COAG inauguraba ayer la exposición “Andrés Fernández-Albalat Lois Arquitecto”, la primera que se le dedica al coruñés y que recoge material de su archivo. En la muestra, que se puede ver hasta el 20 de febrero, se concentran planos originales, dibujos, fotografías y demás documentos de tres de sus obras: la fábrica de Sargadelos en Cervo, 50 viviendas subvencionadas en Fontán-Sada y el núcleo parroquial de San Fernando en Santiago de Compostela.
Se trata de la tercera vez que el colegio revisa la documentación de compañeros gallegos. El colectivo comenzaba recordando a Carlos Meijide en su afán por poner a cada uno en el lugar que le corresponde. Entonces, los curiosos pudieron revisitar sus proyectos de viviendas, sobre todo, el edificio Trébol. Siguieron con Manuel Gallego y el paseo tuvo como destino los trabajos que diseñó para el mercado de Santa Lucía y el Museo de Arte Sacra. Así es que bajo este concepto, Albalat vuelve a subirse a la palestra. Con la complicidad, el entusiamo y la generosidad como bandera, la idea es proponer un juego alegre que tiene como principal regla la humildad.
Es por eso que con un presupuesto medio de 200 euros, la intención se cuela para ser la protagonista, tal y como decía Le Corbusier, aliada con el reciclaje constante del material que manejan en el COAG. Dicen desde la sede de Federico Tapia que el resultado son exposiciones orgullosamente humildes, “sin aparato expositivo que pueda interceder en la relación directa, inmediata entre el material expuesto y el observador interesado en el mismo”. En tiempos digitales, “donde a través de las redes y las webs se muestra casi “pornográficamente” el trabajo realizado por los arquitectos, con la inflación de información que ello supone”, el COAG fue consciente de la necesidad de rescatar de los archivos de los nombres más importantes del país todo ese material allí atesorado, que sin la oportunidad de exposición pública se antoja de difícil estudio. De ahí que el interés de realizar este tipo de exposiciones venga por dar una oportunidad al espectador para que reflexione sobre el campo a través de sus documentos principales, los planos. El dibujo se convierte así en herramienta y medio de conocimiento. En la de Albalat, como en el resto, el colegio busca el contacto directo con todos aquellos comprometidos con la arquitectura construida en Galicia.
Va detrás de la aproximación especialmente a las nuevas generaciones para que observen en primera línea y de primera mano el trabajo y el modo de hacerlo, de concebirlo y ejecutarlo de sus compañeros de oficio. Con esta muestra, quieren también recibir un reconocimiento de todos los que han hecho más grande al país a golpe de planos y de ideas brillantes porque “entendimos que la mejor manera de volver a sacar a la luz, de volver a mirar estos documentos era devolverlos a las mesas”, señalan desde el COAG.