La ciudad perdió casi un 20% de su población extranjera desde 2013

En los últimos años, A Coruña ha perdido una gran parte de su población inmigrante, según datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), que señalan que solo en 2015, casi un 10% de este colectivo abandonó su hogar herculino para dirigirse a un destino ignoto. Se trata de una tendencia que comenzó en 2013 cuando la cifra de inmigrantes en la ciudad alcanzó un máximo histórico, llegando a los 13.216. A partir de entonces comenzó a caer, pasando en 2014 a ser solo 11.889. Es decir, que entre 2013 y 2015 la población extranjera cayó un 20%: 10.753 personas.
Esta progresión supone un cambio de paradigma que comenzó con la prosperidad económica de finales de siglo y que se mantuvo incluso durante la mayor parte de la crisis económica. Si en 1.998 la cifra era de 1.998 personas, fue subiendo a razón de alrededor de un millar por año hasta que llegó 2009 y con él, el estallido de la burbuja inmobiliaria, y la desaparición de los puestos de trabajo que ofrecía a los recién llegados.
Fue entonces cuando las estadísticas comenzaron a mostrar señales de estancamiento: si en 2009 había llegado a 12.037, en años posteriores el crecimiento fue mucho más lento: 12.344 (2010), 12.518 (2011), 12.971 (2012)... Hasta llegar a 2013 y su máximo histórico.

económica
Los expertos de las entidades que están en contacto con este colectivo señalan que los flujos inmigratorios dependen de la zona y que en la comunidad autónoma son más estables que en otras, pero que la principal razón por la que los extranjeros abandonan su país es económica, y ese incentivo es cada vez más escaso.
En un primer momento, muchos pensaron en retornar, sobre todo aquellos procedentes de países como Brasil, donde aumentó la demanda de mano de obra en construcción. “Pero la gente que no tenía otras opciones ha preferido quedarse aquí”, comentan estas mismas fuentes. Eso no quiere decir que esos miles de personas que ya no viven en A Coruña hayan regresado a su país: aún son forasteros, pero en otros países. Pero como los españoles en paro se incorporan al mercado laboran en empleos de más baja cualificación que antes ocupaban ellos, han tenido que viajar a otros países de la Unión Europea: “No observamos que haya una vuelta a su país, sino a otras zonas de Europa”. Como siempre, los países que más inmigración reciben son Alemania, Francia e Italia, además de Inglaterra.