El cierre de la Ciudad Vieja obliga a los coches a atravesar la plaza de María Pita

El cierre de la Ciudad Vieja obliga a los coches a atravesar la plaza de María Pita
Los coches comparten espacio con los peatones en la plaza de María Pita tras la peatonalización de la Ciudad Vieja | quintana

La peatonalización de la Ciudad Vieja genera una consecuencia indeseable: obliga a algunos vehículos a atravesar de lado a lado la plaza de María Pita. Técnicamente, es ilegal, puesto que la plaza mayor es una zona peatonal, pero desde que solo los vecinos pueden circular por el casco antiguo, ya no se puede acceder a uno de los aparcamientos del Ayuntamiento a través de la calle de Troncoso, de manera que los conductores que desean estacionar en la zona deben acceder a través de la calle de San Agustín, superar la barrera y pasar por delante de la fachada municipal.
El Gobierno local no se ha posicionado al respecto, pero fuentes policiales señalan que se trata, por lo menos en su mayor parte, de vehículos autorizados. “De hecho, nos han dicho que estos días aparquemos en esa zona para dejar libre el otro aparcamiento”, comentó un policía local. Por otro lado, estos días, la plaza de María Pita vive mucho ajetreo, debido a la instalación de los espectáculos de las fiestas de agosto y los coches, camiones y otros vehículos la invaden más a menudo de lo habitual.
Entre los usuarios de ese aparcamiento, que cuenta con cerca de una docena de plazas que normalmente ocupa personal del Ayuntamiento o medios de comunicación, estacionan también vehículos de los servicios de emergencia, entre otros. En todo caso fuentes policiales señalan que están autorizados.
Quejas vecinales
El aparcamiento ha resultado ser el asunto más espinoso que ha tenido que afrontar la Concejalía de Movilidad Sostenible, que dirige Daniel Díaz Grandío, al afrontar la tan demorada peatonalización del casco antiguo. Sobre todo, para contentar a los vecinos, que exigían plazas de aparcamiento en superficie lo más cercanas posible a sus casas. El plan inicial del Ayuntamiento era reservar para residentes el parking del Oceanográfico, pero al final, las protestas que tachaban este aparcamiento de demasiado lejano y de difícil acceso obligaron al Gobierno local a cederles también la calle de La Maestranza.
Actualmente, la asociación de vecinos de la Ciudad Vieja está protestando por la falta de control del aparcamiento reservado para su uso. “El jueves de la semana pasada contabilizamos treinta vehículos a las ocho de la tarde”, comenta su presidente, Pedro Roque, que aseguró que tienen “casi diario” vecinos que “llaman y demasiados coches sin tarjeta”.
Además, los vecinos pretenden que se corte el tráfico a partir del Rectorado a los vehículos no autorizados con la creencia de que así se evitaría tener que multar a los infractores.
Roque recuerda que ya presentaron esta idea a la Concejalía de Movilidad Sostenible antes de que comenzara la peatonalización: “En principio, dijeron que sí, pero al final no lo llevaron a cabo”. Para el portavoz vecinal de la Ciudad Vieja: “Si no vas a aparcar, es que allí no vas a nada”.
Por otro lado, la calle de La Maestranza lleva hasta la de Campo da Estrada, que termina en un callejón sin salida para los no autorizados a circular por al Ciudad Vieja, lo que refuerza la tesis de los vecinos de que debería cerrarse al tráfico no vecinal. Por eso piensan exponer estos argumentos de nuevo en la próxima reunión del comité de seguimiento de la peatonalización. l

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