La ciencia ficción se masca en un polígono bilbaíno

La ciencia ficción se masca en un polígono bilbaíno
El equipo de la película se pasó ayer por Durán Loriga patricia g. fraga

En una nave industrial abandonada por la señora crisis, en medio de un polígono de Bilbao y con la libertad que solo brinda la ciencia cuando es ficción, los directores noveles Guillermo Julián y Román Santiago se pasaron casi cuatro años dándole forma a un proyecto “Rendezvous” que está calando “muy bien”. Según Guillermo, la cinta va directa al corazón de los que aman el género porque quedarse a medias, sería un error, piensa y ellos han venido a instalarse en el reino de los efectos especiales.
La producción, medio gallega, medio vasca, cuenta con el veterano Celso Bugallo, “tan malvado como simple” que capitanea un corporación de basureros espaciales, cuyo último eslabón es Alejandro de la Peña, el protagonista: “En medio, Iñaki Urrutia hace de investigador de un chico inteligente capaz de procesar operaciones que el ser humano es incapaz de hacer”. La historia que ayer se presentó en el CGAI dentro del Festival de Cinema Fantástico da Coruña (FKM) se envolvió con decorados para los que “contamos con el trabajo de carpinteros” y de su propio ingenio porque convirtieron cubiteras de la multinacional sueca más conocida en generadores eléctricos y más trucos clásicos.
Por eso, Guillermo dice que el día de la destrucción “fue uno de los más tristes de mi vida”. “Rendezvous” tiene ya una trayectoria de festivales importante, cuenta el director, y en breve llegará al Rojo Sangre de Buenos Aires, donde la crítica y el público conocerán a esta pareja que empieza por libre, cansada de trabajar para producciones ajenas: “Vimos que así no íbamos a dirigir nunca nada así que o nos lo montábamos por nuestra cuenta o difícilmente íbamos a cumplir nuestro sueño”.
De esta manera, Guillermo Julián y Román Santiago se metieron a pilotar lo que llaman “una locurita”, su verdadero máster, aliados al género que más les gusta, “que te ayuda a deshacerte de prejuicios porque no es lo mismo un banquero actual que uno del futuro y aquí no existe la política. Puedes contar todo tipo de historias”.

La ciencia ficción se masca en un polígono bilbaíno

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