Cerca de 70 pacientes estrenan la nueva ala de Urgencias del Chuac

Después de 29 millones de euros invertidos, las puertas de Urgencias se abrieron ayer para recibir a los pacientes por primera vez alrededor de las diez de la mañana. A pesar del retraso de seis meses en la finalización de las obras sobre la fecha prevista, es poco probable que los cerca de 70 personas que fueron ingresadas durante la mañana (una de ellas, en el box de críticos) estuvieran impacientes por inaugurarlas. Pero lo cierto es que fueron los primeros en poder ser atendidos en la nueva ala de 2.400 metros cuadrados en la que, además, se ha puesto en marcha un nuevo sistema de clasificación de pacientes. 
Como ahora hay disponible mucho más espacio (uno de los principales problemas que sufría el servicio), es posible destinar una sala a pacientes que solo necesitan unos cuidados que podrían haberles proporcionado en Atención Primaria, sin necesidad de acudir a Urgencias. La gerencia del Complejo Hospitalario Universitario (Chuac) señala que el espacio extra permitirá realizar 2.2000 operaciones más al año en el nuevo bloque quirúrgico. Además, las nuevas instalaciones incluyen una unidad de radiodiagnóstico, consultas y salas de información para preservar la intimidad de los usuarios.
Ayer todavía no se notaba el efecto llamada que temía la gerencia y los 245 los profesionales que prestan servicio en la nueva unidad (que vio reforzada su plantilla en previsión de que surgieran incidentes) pudieron dedicar parte del tiempo a aclimatarse a su nuevo entorno de trabajo. También a recibir visitantes inesperados, como una pareja que entró por la nueva rampa de acceso no porque estuviera enferma, sino porque le apetecía recorrer las nuevas instalaciones. El personal tuvo que explicarle que no se hacían visitas guiadas. 

los detalles
Pero no fue el personal sanitario el único que trabajaba ayer en las nuevas instalaciones: el servicio de mantenimiento se afanaba por poner a punto lo que fuentes hospitalarias denominaron “detalles que se irán puliendo”. Por ejemplo, fue necesario que un albañil construyera un nuevo cuarto de baño nuevo ya que solo había uno para la sala de los pacientes de observación de sillones, lo que resultaba insuficiente.
De hecho, antes de abrir Urgencias fue necesario cambiar bastantes luces de las zonas de cama, sillones, boxes y pasillos por LED, puesto que la constructora las había dotado de bombillas corrientes. También se hizo aconsejable realizar otras obras menores de mantenimiento, como recoger cables sueltos o mal instalados. 
Otro fallo que acusó el personal sanitario es la falta de un dispensador de medicamentos. De hecho, las clínicas no tenían todo el material necesario para llevar a cabo su labor y en algunos casos fue necesario buscarlo en otras zonas del hospital. 
Soportes, estantes, instalación de grifos termostáticos y otros pequeños trabajos no realizados por la constructora hizo que Urgencias tuviera todavía en su primer día un aspecto de casa en proceso de mudanzas que irá perdiendo poco a poco a medida que las nuevas instalaciones marchen al cien por cien de su capacidad. n