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sábado | 20 abril | 2024
Que se sepa, por lo menos en la última década una visitante de la Torre de Hércules sufrió una parada cardiorrespiratoria al tratar de subir sus 234 escalones. Si se tiene en cuneta que cada año vistan el único faro romano en funcionamiento más de 120.000 personas, las probabilidades no son muy altas. Aun así, el Gobierno local ha decidido instalar desfibriladores tanto en la Torre como en el centro de interpretación. Así, ya son 36 los aparatos de este tipo que se encuentran distribuidos en lugares como centros polideportivos o servicios sociales, pero ayer la escuela de instrucción de enseñó su manejo a estos trabajadores.
Los propios bomberos, que impartieron el curso de formación en la Torre de Hércules, reconocen que fueron los policías locales los que han salvado a más gente haciendo uso de estos aparatos de descargas eléctricas: “Es normal, porque son ellos los primeros en llegar muchas veces”.
Reanimación
Lo primero que aprendieron los trabajadores de la Torre fue que un desfibrilador no sirve de nada si no se realiza primero una reanimación cardiopulmonar, para lo que estuvieron practicando con muñecos diseñados ex profeso para ensayar el masaje tanto par adultos como para niños, que requieren más delicadeza.
Solo cuando estuvieron listos pasaron al desfibrilador. “En realidad, es lo más sencillo, porque la propia máquina te va diciendo lo que tienes que hacer”, comenta un bombero. En efecto, de la máquina sale una voz átona, pretendidamente calmante, pensada para relajar los nervios de una persona que siente que una vida humana depende de su competencia en la reanimación. “Primero da una descarga más suave, luego la siguiente un poco más fuerte y la última, la más potente. En realidad, es como una batería”, explican los bomberos.
Sin embargo, no es cierto que el cuerpo reciba sacudidas, solo deja de fibrilar. “Se resetea”, explica otro bombero. “Solo hay que aguantar lo suficiente como para que venga el 061 y haga una reanimación avanzada”, aclara uno de los recién formados. Claro que si el infarto tiene lugar en lo alto de la Torre, la ayuda puede tardar un poco en llegar.
