El centro se reactiva con la apertura de una veintena de nuevos negocios

El centro se reactiva con la apertura de una veintena de nuevos negocios
Cada vez son más los bajos que vuelven a recuperar la actividad gracias al autoempleo pedro puig

Los tan manidos brotes verdes comienzan a surgir de verdad en el comercio coruñés. El centro de la ciudad parece estar ganando su particular pulso contra la bajada del consumo y en las últimas semanas las aperturas y las obras de reforma de locales se cuentan por decenas. Más de una veintena de bajos de la Zona Comercial Obelisco y Distrito Picasso vuelven a tener actividad, algo que los representantes de esas zonas achacan a las navidades, a la falta de trabajo por cuenta ajena y al importante ajuste de las cuotas mensuales que demandaban sus propietarios.
La recesión trajo muchos cierres de establecimientos al centro y muchas mudanzas de unas zonas a otras. Hasta hace poco las aperturas, que se siguieron contabilizando, se producían con cuentagotas pero noviembre y diciembre parecen haber impulsado el sentimiento emprendedor.
En las últimas semanas es difícil pasear sin toparse con alguna propiedad en pleno proceso de rehabilitación o con alguna tienda que antes no existía.
Al menos veinte nuevos negocios –entre hostelería y comercio, como tal– saludarán al año nuevo en la Zona Comercial Obelisco y el Distrito Picasso. En la primera ya han abierto una tienda de chucherías, otra dedicada al scrapbooking, una tercera centrada en el mundo de las fragancias, un negocio de comida para llevar y otros proyectos.
Además, hay reformas en curso en la Franja, Panaderas, Juana de Vega, Paseo de la Dársena, Olmos y la calle del Arco, por nombrar solo algunas.
Por su parte, Distrito Picasso puede presumir de haber acogido en cuestión de unas pocas semanas tres inauguraciones. Otros siete empresarios están trabajando para llegar a estas fechas clave para comerciantes y hosteleros.
El propio presidente de la Asociación Zona Comercial Obelisco, Antonio Amor, es consciente de ello. “Es lógico abrir en esta época para ganar un poco de dinero e intentar coger carrerilla para aguantar el resto del año”, afirma, al tiempo que reconoce que están muy contentos porque se reactive el entorno. Amor aclara que la mayoría “son negocios de hostelería o dedicados al paladar”, pero igualmente lo ve con buenos ojos porque es lo que mejor vende en estos tiempos.
Además apunta a la desesperación de muchos ciudadanos como acicate para lanzarse a emprender. “Como no encuentran trabajo, muchos apuestan por el autoempleo; generan su propio negocio porque los alquileres se han puesto a tiro”, explica. La tendencia se redirige, cada vez más, hacia el comercio tradicional en toda regla: el propietario es el que está tras el mostrador, el único empleado de la tienda.
De la misma opinión es su homóloga en Distrito Picasso, Belén Chaver, que insiste en la idea de la bajada tanto de mensualidades como de presupuestos en las empresas de reforma. “Los bajos están más baratos y la familia ayuda a los emprendedores” o estos capitalizan el paro para buscar un futuro que no encuentran bajo el paraguas de un empresario.
“En los momentos complicados es cuando hay que lanzarse porque el negocio ya está implantado en el mercado cuando empiece a mejorar”, zanja.

El centro se reactiva con la apertura de una veintena de nuevos negocios

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