El censo de perros crece en un 11% tras la entrada en vigor de la Lei de Benestar Animal

El censo de perros crece en un 11% tras la entrada en vigor de la Lei de Benestar Animal
Dueños de perros participaron en agosto en una actividad de Cancoruña promocionada por el Ayuntamiento | javier alborés

De A Coruña siempre se ha dicho que es una ciudad que ama a sus perros. Pero eso no quiere decir que todo el mundo cumpla con las normativas que regulan la tenencia. Sin embargo, la Lei de Benestar Animal que entró en vigor en enero ha supuesto un antes y un después: el número de perros registrados ha crecido en A Coruña un 33%, según datos del Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía (Regiac) de la Xunta: si en agosto de 2017 el censo de perros era de 21.103, el pasado mes ya eran 23.624,de los cuales el 4,6% (1.075) pertenecen a razas consideradas como potencialmente peligrosas. 
Es imposible determinar cuántos de estos canes han sido comprados o adoptados recientemente y cuántos no estaban registrados y han salido a flote con la nueva ley. Antes de que entrara en vigor, se consideraba una infracción leve no identificar correctamente a la mascota, y la sanción oscilaba entre los 30 y los 300 euros. Ahora es como mínimo de 500. 
Quizá eso contribuye a explicar por qué en todas las grandes ciudades gallegas se ha experimentado un incremento en el número de perros registrados en el último año. En Ferrol creció más de un 9,5%, hasta llegar a los 9.813; Santiago llegó a los 13.598 (un 13% más), Lugo 16.457 (12% más), Ourense 13.615 (12% más), Pontevedra 13.612 (11% más) y Vigo 36.8344 (un 11% más). Estos datos podrían interpretarse como que existía una gran bolsa de perros cuyos dueños no habían regularizado pero que se apresuraron al cambiar la legislación. 
Otra situación muy distinta es la de los perros de razas potencialmente peligrosas. Entre ellas se incluyen el dogo argentino, el bull terrier, el perro de presa canario o el rottweiller. En A Coruña supone el 4,6% del total, 1.075.  Hay que señalar que lo sitúa por encima de la media de Galicia, que es el 3%. Solo hace dos años, su número era de 706, según el censo de Regiac. 
Concienciación 
Desde la asociación Cancoruña, Elena Castro, asegura que cada vez existe más concienciación entre los dueños de la importancia de cumplir con la normativa. No solo incorporar el microchip, sino las que hacen referencia al cuidado y traslado de los animales. “Quiero pensar que cada vez lo hay más”, explica Castro, cuya entidad organiza numerosos paseos y clases para que los dueños puedan mejorar su relación con los animales. 
Por su parte, desde la asociación protectora Gatocan señalan que al respecto, “no hay mucho que opinar. El microchip es obligatorio por ley desde hace muchos años En Gatocan nunca se ha entregado un perro sin microchip. Jamás”. Sin embargo, desde la protectora reconocen que siempre es positivo. 
La función del microchip es sobre todo, identificar al dueño del animal cuando este es encontrado en estado de abandono algo que desde Gatocan recalcan que ocurre durante todo el año. “En verano puede haber un repunte porque nacen las camadas, pero nada más”. Con microchip o sin él, se siguen abandonando mascotas, pero también se dejan en una perrera o se entregan en adopción. “Nosotros estamos todo el año con lista de espera. Tenemos bastantes, cincuenta o sesenta  animales”. Además, siempre es más difícil conseguir que se adopte a un perro de razas consideradas como potencialmente peligrosas por la mala publicidad que les rodea.
Pero al margen de lo cumplidores que sean los dueños de los perros de las obligaciones que les impone la ley, el caso es que en A Coruña hay cerca de un can por cada diez personas y eso, inevitablemente, genera problemas de convivencia, tanto en las calles como en las zonas verdes. El alcalde, Xulio Ferreiro, siempre  ha señalado que hay conciliar entre las familias y los animales “nunha cidade na que hai máis cans que nenos” aunque también reconoció en su caso es más fácil porque su mascota es un gato. 
El regidor hacía referencia a los datos del censo del año pasado, en el que se ponía de manifiesto este problema, endémico en Galicia. En 2017, la última cifra del padrón que se puede consultar en el Instituto Galego de Estatística, la ciudad alberga a 20.243 habitantes de nueve o menos años de edad. Ese mismo año, la cifra de perros registrados por el Regiac era de 21.103, de manera que los coruñeses prefieren el cariño de los perros.
Precisamente de las familias con hijos parten muchas de las críticas que tiene que escuchar la concejala de Medio Ambiente, María García, sobre el comportamiento de los dueños de animales. Ya sea porque los llevan sueltos, o porque no recogen sus excrementos.  
Para conseguir el objetivo de una convivencia con menos roces entre el hombre y el supuestamente, mejor amigo de este, el Ayuntamiento apuesta por una política basada en la construcción de áreas caninas, de manera que tanto los dueños de perros como los padres de familia puedan disfrutar de las zonas verdes de una manera segregada. Parece que las buenas vallas no solo hacen buenos vecinos, sino buenos perros. l

El censo de perros crece en un 11% tras la entrada en vigor de la Lei de Benestar Animal

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