Casi el 40% de las víctimas de atropellos tiene más de 65 años

La escasa extensión de A Coruña favorece los desplazamientos a pie. Y de ellos, según los datos del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), el 48% de los viajes dentro de la ciudad son de peatones. Sobre todo, de personas mayores, que son las más sedentarias y las que realizan desplazamientos más cortos, habitualmente siempre los mismos. Y cada vez sufren más atropellos: según las estadísticas municipales, el porcentaje de personas mayores de 65 años atropelladas pasó de ser el 30 al 40% del total en solo un año. 

Conviene recordar que el año pasado se incrementaron los atropellos, aunque de forma leve, pasando de 112 a 139. Es decir, un 20%. Pero el incremento no fue uniforme para todos los tramos de edad: el de los jubilados, es decir, los de 65 años en adelante, creció un 10%, mientras que el resto creció otro 10%. Llama la atención además, el brusco ascenso que se produce al llegar a los 65 años. Si en el anterior trama de edad, de los 55 a los 64, el número de peatones arrollados es solo del 10% del total, el de los 65 a los 74 se duplica. 

En cuanto a la edad, a partir de los 25 años son siempre más ellas que ellos los que se convierten con más frecuencia en las víctimas de atropellos. 

Casos mortales 
Con este perfil, no es extraño que el único atropello mortal que tuvo lugar este año fuera el de una mujer de 67 años. Tuvo lugar el 23 del pasado mes antes de las diez y media de la mañana en el cruce de la ronda de Nelle con la avenida de Finisterre. La víctima, identificada como E.R.R., de 67 años y vecina de la zona, fue arrollada por un camión en un paso de peatones regulado por semáforo. El vehículo la arrastró por lo menos dos metros antes de detenerse ante la mirada de su hijo, que la acompañaba. Murió antes de recibir asistencia médica.

El único atropello mortal que se registró en 2018, el tres de abril,  fue también de una mujer de avanzada edad, de 73 años. Trató de atravesar el desvío que conecta Alfonso Molina con la avenida de San Cristóbal en sentido entrada de la ciudad a las once de la mañana. En ese punto no existe paso de peatones y, en realidad, hay un quitamiedos que tuvo que sortear para poder cruzar la calzada, pero nunca pudo llegar al otro lado porque la arrolló un todoterreno sin que los sanitarios pudieran hacer nada por ella.