Casi 13.000 visitantes llegados por vía marítima reactivan la actividad económica en pleno septiembre

Tres fueron los nombres propios que llenaron ayer de vida y actividad, tanto turística como económica, la ciudad. Los transatlánticos “Independence of the seas”, “Koningsdam” y “Mein Schiff 4” arribaron escalonadamente a los muelles y trajeron a A Coruña a unos 12.800 visitantes, entre pasajeros y tripulación, que se dejaron ver en tiendas, supermercados, establecimientos hosteleros e, incluso, farmacias. Con independencia del retorno total que quedase en la ciudad, algunos empresarios reconocían que por lo menos estos turistas ocasionales permitían que a finales de septiembre, y en un día laborable, la ciudad estuviese llena.
La población del municipio volvió a multiplicarse ayer gracias a la planificación de la empresa gestora de la terminal de cruceros y la Autoridad Portuaria, que lograron atraer a otros tres colosos del mar una semana después de conseguir el récord de visitas en un día. Ayer esa cifra se batió con la parada de unas 12.800 personas, entre clientes y trabajadores de los buques, aunque algunos de ellos eligiesen salir de la ciudad en excursiones organizadas a lugares como Santiago.
A media mañana algunos hosteleros y comerciantes reconocían que la semana pasada había merecido la pena despertar en toda la comarca a golpe de bocinazo porque los viajeros habían bajado antes a tierra firme y, en consecuencia, habían dejado algo más de dinero sumando los pequeños gastos realizados en los en los alrededores de los tres puntos habilitados para los amarres (el muelle de Transatlánticos, Calvo Sotelo Sur y San Diego, con instalación especial). 

Los horarios importan
“El otro día se notó más que trabajaron las cafeterías, hoy los barcos llegaron más tarde y se van más pronto por lo que será menos”, reconocían en La Marina, si bien estaban contentos con el retorno. Como la triple escala de hace unos días fue “muy bien”, indicaba otro empresario, la esperanza era que a medida que avanzase la mañana hubiese un buen grado de consumo. 
Los comercios también se mostraron relativamente contentos porque, al igual que la semana pasada, hubo ambiente. Si bien las compras no fueron masivas, al final del día en las cajas se notó la “presencia” de los cruceristas.
Lo cierto es que era lógico que el gasto no fuese muy elevado dado que dos de los tres barcos turísticos todavía estaban iniciando sus rutas. No fue así en el caso de un tercero, y por eso también hubo paradas en establecimientos de recuerdos y de decoración, donde reconocían como algo positivo que al menos daban vida. 
“Un jueves de finales de septiembre por la mañana si no hubiese cruceristas la ciudad estaría vacía”, reflexionaban, mientras atendían a algunos potenciales clientes. Los extranjeros se entremezclaron con algunos de excursiones del Imserso que siguen llegando a A Coruña en autobús, y generando más actividad. Para los vecinos, algunas de las imágenes más llamativas fueron las que dejaron los toboganes del “Independence of the seas”.