Una carretera que separa dos historias paralelas

Una carretera que separa dos historias paralelas
Penamoa será el próximo espacio que el Ayuntamiento dote de un uso público

La sesenta hectáreas resecas por la falta de lluvia del parque de Bens están separadas del campo que en su día acogió el poblado de Penamoa apenas por unos cientos de metros. Basta salir del párking, cruzar la carretera y seguir un camino de tierra para llegar a la Tercera Ronda, que la parte en dos. Es imposible no trazar paralelismos entre Penamoa y Bens: las dos fueron en su día un motivo de embarazo de la ciudad. La última, por acoger un enorme vertedero que suponía un problema medioambiental, y la primera, como emplazamiento del que fue el mayor poblado chabolista de la ciudad, que se consideraba “el supermercado de las drogas del noroeste”.
Ambos problemas son ya cosa del pasado pero no fue algo planificado, sino un giro del destino, el que las hizo desaparecer: en el caso de Bens, todo el mundo recuerda el colosal derrumbe del 10 de septiembre de 1996, cuando las precarias montañas de basura se convirtieron en un alud que se llego hasta O Portiño y se llevó por delante a un hombre de 58 años que se dedicaba a limpiar su coche. Las toneladas de basura que se le vinieron encima como una ola se lo tragaron. Literalmente: desapareció. Después de mes y medio removiendo desperdicios, se determinó que el cuerpo se habría descompuesto, y se le declaró muerto.
Por su parte, el entonces alcalde, el socialista Francisco Vázquez, decidió tomar el toro por los cuernos y anunció un cambio radical en la gestión de residuos, creando la planta de reciclaje de Nostián. El antiguo vertedero se cubrió con un parque de 600.000 metros cuadrados, que se inauguró en 2001. El actual Ayuntamiento le reconoce “un gran valor ecológico”.

marginalidad
Por su parte, Penamoa no desapareció hasta abril de 2012. A pesar de ser un foco de marginalidad y delincuencia muy conocido, lo que decidió su suerte fue un plan para descongestionar el tráfico de la ciudad: la construcción de la autovía de circunvalación AC-14, la Tercera Ronda. El Ayuntamiento, a cuyo frente se encontraba Javier Losada, se enfrentaba a una multa millonaria si no despejaba el terreno. De repente, apremiaba reubicar a las 500 personas que residían en el poblado.
Hasta 64 familias se beneficiaron del Plan Especial de Penamoa. El sociólogo Santiago Avión, antiguo responsable territorial de Secretariado Gitano (la fundación que se encargó del realojo) desveló en un informe un año después de que todo hubiera acabado se hizo sin “ningún procedimiento efectivo de educación familiar”. La Concejalía de Servicios Sociales no usó los “módulos de reeducación” que construyó ni realizó un seguimiento de los chabolistas realojados, según este informe.
Al margen de estas considereaciones, el bipartito de Losada necesitaba despejar el terreno cuanto antes. Y lo consiguió: hoy en día, un campo verde rodea a la AC-14, y algún que otro vecino aprovecha para estirar las piernas por él, después de que los escombros y la basura que la cubrían fueran retiradas y plantado césped.

Sin museo
Ahora, el parque de Bens afronta una nueva etapa: el Gobierno local ha convocado a la ciudadanía el 29 de septiembre a las seis de la tarde en el Centro de Empleo de Los Rosales, donde se debatirá sus usos futuros, después de haber rechazado ubicar allí el Museo de la Automoción. Todos los quieran hacer sus propuestas deberán inscribirse en el 010, aunque ya se sabe que habrá una zona de suelta de perros.
Y en esto, Penamoa seguirá la estela de Bens una vez más: la concejala de Medio Ambiente, María García, comentó recientemente que no piensa solo en plantar árboles, como hizo el PP: “Me gustaría ir alí cos técnicos e empezar a pensar nun concepto amplo, que recolla as demandas veciñais, que sexa un espazo de valor ecolóxico e de uso público”. Así, no solo se recicla la basura, sino el terreno que la acogió.

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