Un Camino con muchas mejoras por andar

El Ayuntamiento promocionaba estos días el Camino Inglés coruñés en la Feria Internacional de Turismo y anunciaba nuevas acciones para dar a conocer la ruta. Ahora que el Cabildo aceptó conceder la “compostela” también a aquellas personas que partan desde A Coruña a Santiago a pesar de que no son un centenar los kilómetros que separan a ambas localidades toca renovar el plan publicitario de este atractivo turístico.
Al Camino le queda mucho por andar. Lo reconoció el propio Gobierno local, que entre sus proyectos tiene la mejora de la señalización, y a la hora de la verdad apenas hay coruñeses que sepan que los peregrinos también pueden cruzar su municipio para llegar con todas las de la ley –la religiosa– a los pies de Santiago Apóstol. Una vez solicitada la “compostela” en persona por el alcalde, Xulio Ferreiro, más gente reparó en que A Coruña forma parte de uno de los itinerarios a la catedral pero hasta hace bien poco la mayoría vivía sin saberlo. Al contactar con la Asociación de Vecinos de la Ciudad Vieja, reconocieron que hasta hace unos meses pocos residentes sabían que por allí pasaba el Camino. Alguna idea más tenían desde la agrupación comercial del barrio, Aceca, pero también explicaron que no es habitual cruzarse con caminantes cargados con sus mochilas.
Quizá para eso todavía falte un poco más de promoción. Incluso Ferrol, la bifurcación más conocida de la ruta inglesa, envía más fieles a Santiago. No parece de extrañar que el número de peregrinos sea muy reducido comparado con el de otras localidades dado que la señalización y la información siempre han sido escasas hasta el momento en el que la Marea ha decidido apostar por esta ventaja competitiva a nivel turístico.
Una parada obligada de los peregrinos es la Iglesia de Santiago, muy cerca de Azcárraga, y junto a ella en un muro se puede leer una placa dedicada a los buscadores de la “compostela”. La Asociación O Camiño Inglés les hizo un homenaje en castellano y en inglés allá por 2004. Además de eso, es casi imposible encontrar nuevas indicaciones en la ciudad sobre por dónde deben discurrir los pasos hacia la ciudad vecina.
En donde Eirís y Palavea se cruzan, junto a la Fábrica de Armas, aparece uno de los pocos mojones con el símbolo de la vieira. Pero en medio del intenso tráfico pasa bastante desapercibido. El único lugar donde se recibe personalmente es junto al templo del mismo nombre, pues allí atienden los jueves por la tarde para sellar los documentos que luego se convalidarán por el diploma acreditativo una vez en la meta.
Curiosamente, ante la falta de promoción y señales, es Correos uno de los organismos que más impulsa la ruta. Así calculaban que el verano pasado habían transportado unas 60 bicis y bártulos desde A Coruña para facilitar el trayecto a los peatones.