El cambio de la circulación en la Ciudad Vieja se somete a la prueba de la vuelta al colegio

El cambio de la circulación en la Ciudad Vieja se somete a la prueba de la vuelta al colegio
La calle de La Maestranza volverá a llenarse con los coches de los padres de los alumnos de los dominicos | pedro puig

La peatonalización de la Ciudad Vieja se enfrenta mañana a su prueba definitiva: la gestión del tráfico que genera la vuelta de los escolares a los centros educativos. En el casco antiguo existen dos: uno público, el Cidade Vella, y otro de carácter privado, el de Santo Domingo. Dos veces al día, los padres de los alumnos que los llevan o recogen en coche se acercan a la calle del campo de la Estrada en e primero caso y en el de La Maestranza, en el segundo, para recoger a los niños aumentado al densidad del tráfico. La Concejalía de Movilidad podrá comprobar ahora como se comporta el tráfico tras los cambios en la circulación que ha provocado la peatonalización.
Cabe señalar que las fuentes municipales consultadas se han mostrado optimistas al respecto: ahora que ya no se puede circular por la Ciudad Vieja, la calle del campo de la Estrada se ha convertido en un callejón sin salida, de manera que el tránsito es escaso. Aún así, queda por ver cómo reaccionaran el tráfico al acumularse varios coches que precisan dar media vuelta.
Normalmente, una pareja de la Policía Local se encarga de vigilar la circulación, pero si todo marcha como la Concejalía de Movilidad espera, en cuanto los padres se acostumbren al nuevo sentido de la circulación, esta pareja podría ser retirada. Es una decisión que Movilidad podría tomar después de unas pocas semanas.
Desde junio
No está de más recordar que no fue hasta junio que se pintó la nueva señalización horizontal y vertical. El Ayuntamiento esperó hasta que finalizara el curso escolar precisamente para no estorbar el tráfico. Cuando los padres vuelvan mañana a llevar a sus hijos al colegio, se encontrarán con que La Maestranza ahora es una calle de sentido único con circulación desde el hospital Abente y Lago hacia la avenida del Metrosidero.
Para compensar la dificultad de acceso y que no fuera la entrada a través de As Ánimas la única, se habilitó un giro a la izquierda desde el Paseo Marítimo hacia la calle de Julio Portela Ceballos a través de una rotonda. Pero los cambios no afectan solo a los escolares que se mueven en coche: también se desplazaron algunas paradas de autobús, además de verse afectados los itinerarios de las líneas 3A y 17.
Por otro lado, los padres ya no podrán aparcar donde están habituados. El presidente de la asociación de vecinos de la Ciudad Vieja, Pedro Roque, recuerda que era habitual que los progenitores estacionar sus vehículos en la plaza de Santo Domingo. Incluso antes de la peatonalización, esa zona ya estaba vedada a los que no eran resientes, pero a muchos no parecía importarles.
Según Roque, algunos padres podía pasar horas con los coches estacionados allí. Siempre existe la posibilidad de que ahora que no se puede acceder al casco antiguo, los padres quieran estacionar, aunque solo sea por unos minutos, a las plazas reservadas para los residentes en La Maestranza. “Espero que no pase eso”, desea el presidente de los vecinos, que no las tiene todas consigo.
Es en el estacionamiento donde quizá sea más necesaria la presencia policial, puesto que ya tuvieron que emplearse a fondo para sancionar a los visitantes durante la feria medieval. El cambio de sentido en el campo de La Maestranza ya se realizaba antes, así que no esperan problemas. Además, el centro público Cidade Vella es más de proximidad, y genera habitualmente menos tráfico de vehículos privados. Mañana será la hora de la verdad. l

El cambio de la circulación en la Ciudad Vieja se somete a la prueba de la vuelta al colegio

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