Caen un 20% los fuegos forestales por el mal tiempo y la desaparición de Penamoa

Caen un 20% los fuegos forestales por el mal tiempo y la desaparición de Penamoa
Los bomberos municipales, durante la extinción de un incendio forestal javier alborés

La ola de calor africano que se ha vivido durante el pasado fin de semana ha puesto en alerta de incendios a gran parte del país y ha supuesto el primer momento de peligro para A Coruña y su área. Y es que mientras que en otros lugares de España se han vivido incendios importantes, como el de La Gomera y Valencia, las bajas temperaturas y la humedad que se registraron en A Coruña han permitido a los servicios de emergencia vivir una primera parte de verano muy tranquila. Fuentes de la Unidad Adscrita de la Policía Nacional –la que popularmente se llama Policía Autonómica–, reconocen que sus agentes destinados en A Coruña para la vigilancia de los incendios forestales pasaron una primera mitad del verano sin sobresaltos. De hecho, algunas fuentes apuntan que los incendios forestales han podido descender un 20% con respecto al año anterior.

El recuento de los servicios de emergencia es de siete u ocho incendios forestales en el término municipal de A Coruña durante el mes pasado, lo que implica un desplome con respecto al anterior año, cuando ya las estadísticas fueron positivas. En esta ocasión, las autoridades no solo no han tenido que afrontar ningún gran incendio como el que arrasó las inmediaciones del poblado de O Portiño, sino que han visto también una reducción espectacular en las pequeñas alarmas que en anteriores veranos.

Penamoa

Una de las razones que explican a este brusco descenso es la desaparición del poblado de Penamoa. Este núcleo chabolista, aunque conocido sobre todo por ser un polo del tráfico de drogas, también era un foco de continuos incendios debido a las hogueras en las que los chabolistas que se dedicaban a la venta de la chatarra quemaban neumáticos y cables para hacerse con el cobre de su interior.

En todo el mes de julio solo se tiene constancia de siete u ocho de esta clase de incendios

Con la llega del calor, muchas de estas hogueras acababan provocando incendios que quemaban el monte bajo que rodeaba el poblado, lo que obligaba a los servicios de extinción de Medio Rural y del Ayuntamiento a acudir casi diariamente a la zona. Pero con la desaparición de las últimas infraviviendas, también ha desaparecido este gran foco de incendios.

Las bajas temperaturas que han sido una constante en julio y que han provocado las quejas de los veraneantes en la playa también han sido de gran ayuda para que las zonas habitadas cerca de arboledas, como la urbanización de A Zapateira. Esta clase de espacios en los que se mezclan casas y zonas de campo abierto son típicas del entorno coruñés y preocupan a los expertos por la amenaza que supone para la gente. Otro punto importante es que tras el incendio de O Portiño, el gobierno local comenzó una campaña para obligar a los propietarios de los terrenos llenos de matorral y basuras que ofrecían peligro de incendio a que los limpiaran. En el caso de que no lo hicieran o simplemente no pudiera encontrárseles, el Ayuntamiento acometía por su cuenta la limpieza.

Pero, a pesar de estos factores que invitan al optimismo, queda aún mucho verano por delante y los servicios de emergencia recuerdan que es en agosto y septiembre cuando se registran más incendios. n

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