Una cadena solidaria que salva vidas

Una cadena solidaria que salva vidas
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El trasplante renal cruzado es una suerte de carambola de generosidad en la que dos parejas intercambian sus donantes cuando la compatibilidad así lo decide.
La falta de afinidad de los grupos sanguíneos o la presencia de anticuerpos en el receptor frente al donante –por lo general, cónyuges o familiares cercanos– son cuestiones clave en un trasplante. Junto a las posibilidades de buscar otro donante o de desensibilizar al receptor (eliminar los anticuerpos), el trasplante cruzado gana terreno como una opción en la que la solidaridad tiene recompensa.
Fue la que encontraron en diciembre dos parejas, de Vigo y Cataluña, que protagonizaron la primera intervención de estas características realizada en Galicia. El Chuac, que participa en el programa nacional –con otros 20 equipos de nueve comunidades– desde el año 2009, consiguió completar esta operación, en colaboración con el Clinic de Barcelona, después de varios intentos. Cada tres meses, el hospital coruñés intercambia los datos de sus pacientes y de sus donantes con los del resto del programa en busca de una coincidencia. Algunos de ellos apenas llevan un par de meses esperando un resultado positivo; otros, más de dos años.
El crecimiento de las opciones de encontrar un órgano compatible es exponencial en función del número de parejas que entran a formar parte del programa, por lo que el coordinador de trasplantes del Chuac, Antón Fernández, hace una llamada a la solidaridad.

el buen samaritano
Porque junto a los donantes que tienen parejas enfermas está la figura del donante altruista, que ofrece el órgano sin contrapartida y gracias al que puede comenzarse una cadena de trasplante renal cruzado. Con la voluntad de donación clara, un estado de salud normal y la ausencia de enfermedades transmisibles son los requisitos para convertirse en donante. Dos equipos independientes evalúan la idoneidad del llamado “buen samaritano”, que pasará entonces un filtro físico, una evaluación psicológica y el análisis de un comité de ética antes de entrar al quirófano.
El trasplante renal de donante vivo, cruzado o no, abre nuevas posibilidades a los enfermos, prácticamente impensables hace siete años. En 2013, el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña realizó 28 operaciones de este tipo, cuatro más que el año anterior.
La doble intervención de diciembre fue el colofón a doce meses de buenos resultados. Después del éxito del primer trasplante renal cruzado de Galicia otras diez parejas esperan ahora en la comunidad un golpe de fortuna y un gesto altruista recompensado con la vida. n

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