Uno de cada tres conductores que provocan un accidente se da a la fuga

La Policía Local registra cerca de tres accidentes al día, aunque son muchos más los que quedan sin contabilizar, puesto que se saldan con un acuerdo amistoso entre ambas partes en el que no intervienen las autoridades. Pero uno de los principales problemas a los que se enfrenta el Cuerpo municipal es que una gran parte de los accidentes son denuncias por vehículos que se dan a la fuga. José Manuel Rico, jefe de Tráfico de la Policía Local calcula que “un tercio de esos accidentes son denuncias que presentan particulares porque se ha dado a la fuga la parte contraria”.

Hay que matizar que se habla, mayoritariamente, de accidentes sin heridos pero aún así, supone un fenómeno importante, que hay que tener en cuenta. “Esa parte nos preocupa, y ya lo dijimos hace un año”, reconoce Rico. En todo este tiempo, se ha avanzado: “Hemos conseguido algunas cosillas, pero estamos a un nivel de resolución de ese tipo de accidentes que ronda el 90%”.

Según los datos del 092, este fenómeno comenzó a cobrar relevancia con la crisis. Hay que tener en cuenta que incluso los peores años de la depresión económica, el parque móvil de la ciudad (que actualmente supera los 147.000 vehículos) no se redujo, tan solo creció de forma más lenta, pero sí empeoraron las condiciones en las que se mantenía el parque móvil. El conductor ahorraba un dinero al no pasar la ITV o circulando sin seguro. Al verse implicado en un accidente, optaba por darse a la fuga.

Elementos telemáticos

Pero huir con éxito no es fácil, y cada vez menos, porque el nivel de control de Tráfico está subiendo. “A nivel general, cada vez incorporamos elementos telemáticos, como medios de captación de imágenes”, avisa Rico.

En cuanto a las tipologías de fugitivos, “los tenemos de todo tipo y condición, depende un poco de las días y las horas”. Normalmente un día de semana en horario diurno, las colisiones suelen ser en movimiento. Algunos pueden ser que no se den cuenta, porque la colisión es muy pequeña, al estacionar. “Lo que se dice coloquialmente ‘aparcar de oído’”.  El resultado suelen ser raspazos, abolladuras y otros desperfectos leves.

Algo más grave sería una verdadera colisión entre dos coches en movimiento. “Hacen un raspado en un carril, o el caso de hace unas semanas en la plaza de Lugo que colisionó y se marchó”, explica el jefe de Tráfico. Si se desarrolla en fin de semana o vísperas de festivo y, normalmente de madrugada, se relaciona con el consumo de alcohol u otras sustancias. “¿Que hago? Si mi coche circula me voy en coche y si no circula, digo que me encontraba mal”, reconoce.

Han pasado tres años desde aquella calurosa tarde de sábado en que en Sevilla la Torre de Hércules entró en el selecto club de bienes Patrimonio de la Humanidad. Y tocaba celebrarlo. Los protagonistas fueron los niños, a quienes no importó que la prometida tarta se quedase en magdalena, o que el cielo incluso molestase con chispas de lluvia. Hubo regalos, música, juegos... Y todo con el faro como orgulloso testigo y aspirante a seguir siendo el icono de los coruñeses.

Corto margen

Pero los agentes de Tráfico de la Policía Local suelen localizar al infractor en un margen corto de tiempo. “Vamos a tratar de demostrar que cuando fue el accidente ibas bajo la influencia del alcohol y las drogas. Y ahí entran en juego los cálculos de las fases de alcoholemia”, advierte.

Otras veces, el infractor circulaba con el permiso suspendido. “Se marcha con su vehículo y cree que no le vamos a poder localizar ¿Qué te suelen  decir? ‘Yo no sé quién conducía, le dejé el coche a un amigo, pero conducía un tercero....’”, ejemplifica Rico. Pero si no se dan los datos de quien conducía la multa es dos o tres veces mayor que la original: “Si son infracciones graves, por dos, serían cuatrocientos y las muy graves por dos serían mil”. Es una verdadera prueba de amistad.