Una Cabalgata que rompió el récord de asistencia y también de "reyes"

Una Cabalgata  que rompió el récord  de asistencia y  también de "reyes"
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Fue una jornada memorable la que se vivió ayer en el centro de la ciudad, donde la Cabalgata de Reyes rompió récords. Según el Ayuntamiento, unas 130.000 personas se agolparon en el recorrido para, desde Os Castros, disfrutar del desfile, sin contar las que se concentraron en la plaza de María Pita para contemplar cómo la alcaldesa, Inés Rey, les recibía. Así, ayer se cumplió un doble hito: no solo fue la Cabalgata más multitudinaria de todas hasta la fecha, sino también la primera en la que participaron cuatro “reyes”.  

Quizá más que el póker de reyes, lo que atrajo a tantas personas, tanto de A Coruña como del área, a contemplar la Cabalgata fue el buen tiempo reinante. Además de los cielos despejados, que la efeméride cayera en domingo también ayudó a asegurar la asistencia. No fue hasta las ocho de la tarde que la plaza de María Pita vio aparecer el cortejo real. Uno a uno, los participantes en las carrozas fueron recibidos por la alcaldesa, que luego subió hasta el balcón para escuchar el discurso pronunciado por Melchor.

El anciano monarca,  prometió a los niños que la mayor parte de los regalos los recibirían esa misma noche en sus casas o en las de sus abuelos, pero también se comprometió a traer este año “nuevos jugadores para el Deportivo para que pase por unas circunstancias mejores y así supere esta crisis”. Melchor, que confesó ser blanquiazul, animó a los niños a acostarse cuanto antes.

 

Lluvias de caramelos

A muchos de los pequeños que asistieron al acto de ayer les costaría dormir. No solo por la emoción, sino también por las grandes cantidades de azúcar suministradas. Nada menos que 700 kilos, contando solo los repartidos por el Ayuntamiento. Afortunadamente, la lluvia de caramelos fue la única que tuvo que soportar tanto el público como los reyes magos. El propio Melchor se felicitaba por el buen tiempo al principio de su discurso: “En otras ocasiones hemos soportado mojaduras terribles, vuestros padres lo recordarán”.  

Pero ayer no había ninguna nube en el horizonte y todo invitaba al optimismo. La propia alcaldesa, al ser preguntada al respecto por el maestro de ceremonias, Ramiro Neira, aseguraba que solo había pedido como regalo a los Reyes amor y salud para todos los coruñeses. Neira también tuvo un emocionado recuerdo para Fernando Amaro, apodado Cantero, el coordinador de fiestas del Instituto Municipal Coruña Espectáculos (IMCE), que falleció en abril a los 46 años. Amaro nunca se perdió una Cabalgata, y los que participan en su organización lo echaron de menos. Su ausencia fue la única que se hizo notar en la edición más populosa de la historia de la ciudad.

 

Niños magos

A medida que llegaban, los niños, vestidos de magos, con sombreros de capirote, se instalaban bajo las arcadas del palacio municipal para poder disfrutar de un chocolate caliente, que se merecían, después de repartir tantos caramelos entre el público. Fueron más de 400 niños los que participaron en el desfile que inició su recorrido en el mirador de Os Castros y fue, en línea recta –una de las novedades del recorrido de este año–, hasta la plaza de María Pita. Comenzó tras algo más de media hora de espera para evitar que se acabara demasiado pronto, lo que provocó que Melchor, Gaspar y Baltasar pronunciasen su discurso en el balcón del Palacio municipal sobre las 21.00 horas.

Para amenizar el trayecto en el que las 13 carrozas –una de ellas estaba formada por niños de la unidad de diabetes del Chuac y de la Red Municipal de Acogida– repartieron seis toneladas de caramelos, y adornar aún más el ambiente, el Ayuntamiento repartió 50.000 tubos de luz al inicio de la Cabalgata. Una de las encargadas de hacerlo fue la propia concejala de Cultura, Diana Sobral.   

 

Bomberos

Un total de 132 efectivos de seguridad participaron en la Cabalgata entre Policía Local, Bomberos, Protección Civil y Cruz Roja y se habilitaron cinco puntos con salidas de evacuación –en la avenida de Oza con la ronda de Outeiro, en las plazas de la Palloza y Ourense y en la Subdelegación del Gobierno–. Pero los bomberos también participaron con su propia carroza, cerrando la marcha y, como siempre, fueron una de las principales atracciones, consiguiendo que el público les hiciera la ola y cantara con ellos “Esos bomberos, que tiren caramelos” o también “El que quiera caramelos, que salude a los bomberos.  

 Fuera de la ruta, la situación entraba dentro de lo normal. Aunque los vehículos privados procuraron evitar las calles principales –en las que se regulaba el tráfico–, algún que otro autobús tuvo problemas para moverse por algún punto más céntrico. Una de las novedades de la jornada fueron los buses articulados desde  el barrio de Novo Mesoiro al centro desde la mañana, pensando en la gran cantidad de niños que viven en el barrio. Al ver la marea humana, Melchor no salía de su asombro: “Estamos absolutamente sorprendidos”.

Una Cabalgata que rompió el récord de asistencia y también de "reyes"

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