Los bomberos ayudan a reparar el reloj de la torre de María Pita

Los bomberos ayudan a reparar el reloj de la torre de María Pita
Los bomberos usaron una autoescalera para llegar al reloj javier alborés

Los bomberos acudieron ayer a la plaza de María Pita no porque tuviera lugar un incendio ni un simulacro, sino para ayudar a reparar el reloj del Ayuntamiento. La inmensa maquinaria se había paralizado por culpa de las agujas de una de las caras del reloj, la que la da a la iglesia de San Jorge, y fue necesario que los servicios de emergencia municipales ayudaran al maestro relojero a solventar el problema.
“No era grave –explica Antonio González Mallo–. En realidad, la maquinaria estaba bien, lo que fallaba eran las agujas, que se rozaban”. Sin embargo, eso bastó para detener las ruedas del cronógrafo, y solo el esfuerzo concertado de los bomberos en el exterior y del relojero en el interior consiguió que la maquinaria echara a andar de nuevo tras muchos días paralizada.

Desde 191o
El reloj data del año 1910 y está compuesto por cuatro esferas y tres campanas, y Mallo lo conoce muy bien. En su calidad de relojero municipal tiene que subir para darle cuerda cada día, sin falta, pero últimamente se le había acumulado el trabajo y no pudo ponerlo a punto hasta ayer.
En realidad, podría decirse que González Mallo vive en una permanente contrarreloj: cuando no está reparando las maquinas de estos aparatos, muchos de los cuales tienen más de un siglo, les da cuerda para asegurarse de que sigan funcionando. Por ejemplo, al del Obelisco hay que darle cuerda cada 48 horas, y al del edificio Casa Consulado, también, mientras que el del IES Eusebio da Guarda dura más: 84 horas. En cambio, el famoso reloj floral de los jardines de Méndez Núñez, instalado en los años cincuenta, funciona mediante un sistema electrónico.
Estos días, además, la maquinaria del Obelisco se ha estropeado, y las agujas de las cuatro esferas del reloj, construido en homenaje al alcalde Linares Rivas, están paralizadas. Se da la casualidad que hacía solo unas semanas que se había realizando una puesta a punto en la maquinaria de 120 años, que había obligado a levantar un andamio entorno al monumento, para que Mallo pudiera llegar a las esferas, de manera que el maestro relojero se siente contrariado por el hecho de que se haya vuelto a estropear tan pronto. “Es una rueda con un diente doblado, y espero poder arreglarlo pero, si no, habrá que rehacer toda la rueda de nuevo”, explicó el artesano.

Los bomberos ayudan a reparar el reloj de la torre de María Pita

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