Belas Artes conecta a Villaamil con un tomo de la Biblioteca Nacional del siglo XVIII

Belas Artes conecta a Villaamil con un tomo de la Biblioteca Nacional del siglo XVIII
pérez villaamil capta de la catedral de lieja una atmósfera de penumbra iluminada a trozos por las vidrieras

Ahora que cumplen 300 años fieles a las estanterías donde fueron depositadas, las obras de la Biblioteca Nacional de España las saca a pasear para buscar conexiones con otros museos y que respiren de un arte que, sin saberlo, también guarecen bajo sus tapas. En este sentido, Belas Artes acoge desde el martes en la sala 4 “Outras miradas”, compuesta por un tomo del siglo XVIII que corresponde al tercero de los tres volúmenes de la segunda edición de “Chorographia Sacra Brabantiae”, de 1726.

Se trata de la magna obra del teólogo e historiador Antoon Sanders o Antonius Sanderus cuya primera edición salió entre 1659 y 1664 y se conserva en Bruselas. Esta joya de papel enlaza perfectamente con un pintor gallego como Jenaro Pérez Villaamil (1807-1854). Por eso, pace al lado de las dos piezas que tiene de él Belas Artes. Donde el artista se detiene ante la catedral gótica de Saint-Jacques le Mineur de Lieja para hacer un retrato minucioso de su interior.

“La muestra ‘outras miradas’ se detiene ante la minuciosidad de villaamil y los ilustradores del libro”

Por tener la misma precisión topográfica que los grabados que contiene el volumen, la publicación se abre justo en la página en la que una majestuosa catedral de Brabante habla del amor por la fantasía y el misterio típico de la época romántica que caracteriza a los ilustradores que completan la visión de Sanderus. Son Jan-Baptist van Berterham, David Coster, Jacques Harrewyn, Renier Hokhuysen y H. van Wel. Si uno se fija, podrá comprobar cómo el cuadro de Villaamil presume de una atmósfera de penumbra iluminada a trozos por la luz que filtran las vidrieras. Además del cuadro, el centro completa el estudio que Villaamil realizó sobre Lieja con una acuarela en la que el creador atisba el templo desde una perspectiva menos quisquillosa y que adorna con personas alrededor.

La presencia del libro en el museo se presenta como una oportunidad para conocer la trayectoria de un grande nacido en Ferrol que construyó la España romántica y tuvo la obsesión de inventariar los principales monumentos de España. Su capacidad por hacer recuento de las construcciones más importantes plantadas sobre el mapa peninsular llamaron la atención en la época, al igual que su volumen de trabajo. Esto le hizo merecedor de un puesto en la cámara de Isabel II, además de entrar en las esferas intelectuales y frecuentar las tertulias del Parnasillo donde también tomaban café Larra y Zorrilla.

El hecho de que el gallego pintase el edificio de Lieja se debe a que Villaamil fijó la capital belga como ciudad de residencia. Esta forma de hacer al detalle, como si fuera un artesano del pincel, también se puede apreciar en composiciones sobre Amberes, Lovaina y otras localidades de menor importancia. n

Belas Artes conecta a Villaamil con un tomo de la Biblioteca Nacional del siglo XVIII

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