Los bares critican que se les cobrase por las terrazas antes de darles las licencias

Abril está a punto de terminar y, aunque salga el sol, los coruñeses aún no pueden terracear tranquilos. Los hosteleros que presentaron las solicitudes de ocupación de la vía pública, unos 600, todavía no han recibido los permisos del Ayuntamiento para sacar el mobiliario a la calle. El malestar en el colectivo va in crescendo y ahora que han llegado los días buenos critican que se les obligase a pagar las tasas por las concesiones de todo el año cuando a estas alturas ya han perdido cuatro meses de aprovechamiento. 
Unos pocos empresarios han recibido en las últimas semanas algunos requerimientos para completar o subsanar la documentación con la que solicitaron la instalación de terrazas. Pero la mayoría de los 600 peticionarios que gestionaron el papeleo con la Asociación de Hostelería de A Coruña continúa sin tener noticias del Ejecutivo municipal. “La gente está muy cabreada”, dice el presidente del sector, Héctor Cañete, que ha narrado el aumento del enfado desde finales del año pasado. Ahora que se han empezado a contabilizar las pérdidas económicas la preocupación es todavía mayor.
“Hemos pagado las licencias para todo 2016 y ya han pasado cuatro meses sin que nos las concedan”, denuncia Cañete. Y es que cuando en diciembre se les instó a presentar los expedientes por la vía de la urgencia y rompiendo con las conversaciones del plan para reorganizar el espacio calle por calle –que había impulsado la propia Concejalía de Movilidad Sostenible–, también se les obligó a pagar las cuotas correspondientes por los metros cuadrados que tenían previsto ocupar en sus proyectos individuales. 
Según el presidente de los hosteleros, “la tasa se paga cuando se hace la solicitud con el agravante de que abonas el dinero por lo que solicitas” y, en este momento, se preguntan cómo devolverá el Ayuntamiento el dinero si finalmente permite instalar mesas y sillas en menos espacio. Cañete también puntualiza que, siendo justos, el Consistorio debería reembolsar la parte del importe que cuesta la licencia correspondiente al período comprendido entre enero y abril, dado que los locales no han podido ofrecer un servicio por el que sí hicieron un ingreso. 
Al margen queda la devolución de toda la inversión que tendrían que recibir aquellos empresarios a los que se les denieguen por completo los permisos. De hecho, además de perder el dinero por la vía municipal, sienten que también lo han hecho por la fuga de potenciales consumidores que hubiesen parado en los establecimientos de contar estos con las polémicas terrazas.   

sin mobiliario ni solución
El problema podría ir más allá si se ven obligados a renovar los seguros de estos espacios ubicados en las fachadas. “Por estadística ahora habrán vencido casi todos”, puesto que se suelen pagar por año y el colectivo no piensa pagarlos hasta que les den el visto bueno desde María Pita. 
Tampoco han comprado mobiliario nuevo en vista de que la concejalía no ha respondido a su propuesta de mesas, sillas y paravientos homologándolos a la normativa.
En este contexto, no han vuelto a ponerse en contacto con el Ayuntamiento para incidir sobre la necesidad de que se tramiten las licencias porque entienden que “la pelota está en su tejado” y que “no dan ninguna solución”. “No sabemos qué pasa y este mes está siendo terrible en cuánto a ingresos”, lamenta.