El Ayuntamiento promete a los vecinos de la Sagrada Familia reforzar la vigilancia

Los vecinos de la Sagrada Familia que encabezan una campaña contra la inseguridad en su barrio celebraron ayer una reunión relámpago con el alcalde, Xulio Ferreiro, la concejala de Seguridad Ciudadana, Rocío Fraga, y el jefe de la Policía Local, José Antonio Brandariz. Los vecinos expusieron a las autoridades el problema que ya venían denunciando desde hace tiempo: el de sujetos que causan problemas en sus calles y plazas, y obtuvieron del alcalde la promesa de más presencia de la Policía Local y de una mejor coordinación con la Policía Nacional.

Los vecinos salieron de la reunión satisfechos. “Queremos que sea visible lo más pronto posible pero sí que entendemos que hay varios focos de problemas que son muy difíciles de erradicar en quince días”, señaló Mónica, una de las vecinas de la plataforma. Los afectados señalan que, aunque la seguridad ciudadana es competencia de la Policía Nacional también se están vulnerando las ordenanzas municipales.

Principalmente, la de ruidos: denuncian que unas familias de etnia gitana se dedican a dar palmas durante toda la noche en la plaza de la iglesia, sin respetar el descanso de los residentes. Y en la cancha de baloncesto se reúnen varias personas en riesgo de exclusión social, antiguos clientes del polémico bar King, cerrado en 2012, y dejan una gran cantidad de basura al comer allí. “Además, compran cerveza en el supermercado y empiezan a beber, y dejan las latas”.

Beneficiarios de ONG
En el fondo, los vecinos sienten que les han arrebatado sus calles. Por ejemplo, los beneficiarios de las ONG de ayuda al inmigrante, de las que hay varias en el barrio. “Son muy necesarias, pero el ambiente que se crea alrededor de ellas desvirtúa un poco su labor debido a la concentración de gente que hay al reparto de comida. Se sientan en los capós de los coches y se ponen a orinar”.

Además, denuncian que viejas caras relacionadas con el narcotráfico vuelven a dejarse ver por el barrio. “Y los robos que sufre la iglesia. Llevó aquí desde el 86 y nunca había escuchado de tantos”, afirma Mónica. El delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, declaró al respecto que se analizarán los datos para poder tomar medidas.