El Ayuntamiento opta por sistemas basados en fuentes de calor para combatir las malas hierbas

El Ayuntamiento opta por sistemas basados en fuentes de calor para combatir las malas hierbas
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El Ayuntamiento se decanta por sistemas basados en fuentes de calor y productos biodegradables para la eliminación y la prevención de malas hierbas en las vías públicas de la ciudad.

Los responsables municipales darán un giro a los productos que se emplean para esta tarea, dejando atrás otros como el glifosato o el vinagre, que fueron los empleados en la ciudad en los últimos años.

Esta decisión del Gobierno local se debe a la necesidad de atajar un problema que afecta a numerosas calles y plazas coruñesas. Para ello, desde la Concejalía de Medio Ambiente se han puesto en contacto con diferentes empresas que emplean estos sistemas basados en fuentes de calor, que se aplicarían directamente (similar a un soplete) sobre los puntos conflictivos. La intención del Ayuntamiento es que estas empresas realicen demostraciones técnicas sobre el terreno.

Esta opción fue la elegida por la Concejalía de Medio Ambiente después de que la concejala de esta área, Esther Fontán, mantuviese contactos con expertos en química, biología e ingeniería agraria con el objetivo de encontrar una solución que combine “la máxima efectividad con un mínimo impacto en el medio natural y las personas”.

De esta manera el Ayuntamiento dejará atrás el uso del vinagre con esta finalidad, una solución adoptada por el anterior equipo de gobierno. Desde Medio Ambiente aseguran que este sistema no garantiza la erradicación de estas hierbas que crecen en lugares como aceras o medianas, según los técnicos del área. Así, este método se considera “totalmente ineficaz” y además contribuye a la acidificación del suelo.

Herbicidas tóxicos
La Marea Atlántica había optado por esta solución cuando puso en marcha en 2016 la campaña “A Coruña libre de herbicidas tóxicos”, en referencia al glifosato usado con anterioridad. Este producto se había vinculado a algunos tipos de cáncer, pero por el contrario está permitido por la Unión Europea. Su toxicidad, según algunos estudios, estaría a niveles inferiores a los de la carne roja.

En los últimos días se produjo un cruce de declaraciones entre el Gobierno municipal y sus predecesores por este asunto y las posturas que defiende cada una de estas partes. Así, la Marea Atlántica explicó en los últimos días que en el contrato de limpieza viaria que está en proceso de licitación prevé la incorporación de medios mecánicos para estas tareas. Según esta formación, los pliegos incluyen un equipo de diez personas para la retirada mecánica de hierbas espontáneas en la vía pública. Este grupo trabajará seis días a la semana a lo largo del año y desarrollará tareas por valor de 385.885,35 euros.

Mientras, la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán insistió ayer en que no se está utilizando glifosato ni ningún otro producto que pueda ser tóxico para la eliminación de malas hierbas de las calles y aceras de la ciudad. “Non se utiliza glifosato nin nos xardíns, nin nos parques, nin nas beirarrúas da cidade”, zanjó la concejala la polémica abierta en los últimos días.

Esta situación continuará durante los próximos años y desde la concejalía aseguran que no se empleará ningún método que pueda actuar de manera dañina para los vecinos ni para el medio ambiente.

El Ayuntamiento opta por sistemas basados en fuentes de calor para combatir las malas hierbas

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