El Ayuntamiento no cederá a la presión vecinal por las fases de peatonalización

El Ayuntamiento no cederá a la presión vecinal por las fases de peatonalización
El Ideal Gallego-2014-08-15-003-d53a98db_1

“El perímetro de la Ciudad Vieja no se toca en este momento, se queda como está, y por tanto no existe ninguna modificación en este sentido”. Así de tajante se mostró ayer la concejala de Movilidad, Begoña Freire, al ser preguntada sobre si el Ayuntamiento cederá ante la presión vecinal para repartir tarjetas de estacionamiento a todos los residentes del barrio sin distinción de zona. La edil recordó a la asociación que los ciudadanos de varias calles (María Barbeito, paseo de la Dársena, paseo del Parrote, Maestranza, Campo da Estrada, Capitán Troncoso y parte de la calle Santiago y de General Alesón) no dispondrán del pase porque el entorno no se verá afectado por los cambios de circulación de la primera fase para peatonalizar la Ciudad Vieja.
Ante las insistentes denuncias por un supuesto trato “discriminatorio” en la distribución de tarjetas para aparcar en el interior del barrio, Begoña Freire comentó: “No debemos pretender meter más coches en la Ciudad Vieja porque para esos inmuebles existe estacionamiento libre en el perímetro, dado que eso lo reordenaremos en una segunda fase”.
La edil compareció para explicar que la regulación de tráfico comenzará el lunes y que esta implicará la posibilidad de circular para todos los vehículos, si bien solo podrán aparcar los vecinos y, por un tiempo determinado, los comerciantes. Comentó también que en las seis entradas al entorno se instalarán elementos de señalización horizontal. Estos indicarán que se está entrando en un área “de preferencia peatonal con velocidad limitada a 20 kilómetros por hora”, además de las distintas afecciones al público.
No obstante, la polémica desatada le obligó a seguir analizando la situación. “El Gobierno local eligió habilitar a los residentes del ámbito interior para estacionar allí en esta primera fase”,  aclaró Freire, que añadió: “La alternativa propuesta en las diferentes reuniones fue que eliminásemos ya el estacionamiento”.
Por ello, la representante municipal dijo estar sorprendida de que “a estas alturas lleguen estas quejas cuando no son razonables”. Lo entiende así porque, asegura, “los criterios fueron explicados en todas las reuniones”.
La presidenta de la agrupación del barrio, Rosa Quiroga, negó la mayor. “Esta discriminación no estaba avisada; se levantó la liebre cuando no se recibieron las cartas porque la gente fue al Ayuntamiento y les dijeron que no les daban las tarjetas”. Quiroga, que reconoce que sí pidieron que la supresión de los coches se hicieran del tirón, justifica el hecho de que una vez rechazada su idea puedan estar en desacuerdo con la situación.
Los vecinos –que lamentaron el discurso de la “valentía” de Julio Flores porque el plan ya se contemplaba en el programa electoral– han llegado a pensar que esto es una táctica para mejorar las cuentas de los subterráneos, y el BNG refrenda las críticas al considerar que “a aposta está pensada para o negocio dos aparcadoiros de pago”. En la misma línea se manifestó EU: “As solucións non só poden pasar por forzar aos veciños a pagar 43.000 euros por unha praza”.
Ante estos comentarios, Freire evitó la confrontación e indicó que “entre todos hay que conseguir el mayor número de plazas de aparcamiento con ofertas” al igual que lo intentan los comerciantes de la zona. Para Quiroga, eso es una labor exclusiva de los representantes públicos.

El Ayuntamiento no cederá a la presión vecinal por las fases de peatonalización

Te puede interesar