El Ayuntamiento demolerá tres chabolas vacías de A Pasaxe la semana próxima

El Ayuntamiento demolerá tres chabolas vacías 
de A Pasaxe la semana próxima
El poblado de A Pasaxe alberga todavía a más de treinta familias | patricia g. fraga

El proceso de desalojo del poblado de A Pasaxe avanza lentamente. Para la próxima semana, los chabolistas esperan que las máquinas se presenten a derribar tres de las infraviviendas, que se encuentran vacías desde hace tiempo. Dos de esos galpones estaban habitados, pero en uno la familia que lo habitaba se ha mudado a Los Rosales, mientras que la otra ha sido reubicada en Os Castros. Una tercera vivienda llevaba tiempo vacía, así que su dueño no puso objeciones a su pronta demolición.
El Ayuntamiento está tratando de acelerar en lo posible la reubicación, que en dos años apenas ha superado la media docena de familias. Hace dos meses, en el centro cívico de O Castrillón, los responsables del programa municipal de realojo Hábitat Digno, celebraron un acto al que invitaron a todos los chabolistas de A Pasaxe. En él les propusieron que buscaran por su cuenta un piso, del que el Ayuntamiento les ayudaría a abonar los gastos a medias. Y, de hecho, la familia que se mudó a Os Castros siguió ese sistema, pero a muchos no les convence.
En parte, porque es muy difícil vencer los prejuicios de los caseros a alquilar un piso a alguien de etnia gitana, pero no es solo eso. “Es solo por cinco años ¿Y después qué, si no puedes pagar?”, señala un chabolista que, como otros muchos de A Pasaxe, se dedica a la chatarra para ganarse la vida. “Es un trabajo muy inestable, porque un mes tienes dinero y otros no”, señala. Para muchos de ellos, quedarse en A Pasaxe, a pesar de las incomodidades, les ofrece más seguridad económica que trasladarse a una vivienda regularizada.
 

Precariedad
En ese sentido, fuentes próximas al poblado apuntan a que no se ha progresado para lograr la integración laboral del colectivo chabolista, que sigue anclado en sus formas habituales de ganarse la vida (chatarra, ferias, venta ambulante...) caracterizadas por su precariedad y su estacionalidad. Por eso prefieren ser ubicados en pisos de protección oficial. En algunos casos, como en el de los chatarreros, también los rechazan porque no pueden almacenar la chatarra.
Por una razón u otra, la reubicación está resultando ser más difícil que la demolición. El Gobierno de la Marea Atlántica consiguió un hito al conseguir despejar la ruinosa nave de La Toja para su derrumbe, ordenada por un juez a la empresa propietaria, e inmediatamente se valló el solar para prevenir ocupaciones.
Entre las columnas de la nave se levantaban siete chabolas y de momento, se consiguió realojar solo a cuatro de los pobladores en pisos de Os Castros y de Eirís. Otra familia, afectada que vio su casa calcinada en un incendio, también fue trasladada.
El resto (se estima en torno a 35 las familias que aún residen en el poblado), aún aguarda su turno. “A nosotros nos han dicho que hasta el año que viene, nada”, comenta otro chabolista. Cuando se le pregunta sobre el particular al alcalde, Xulio Ferreiro, este suele insistir en que se trata de un trabajo a largo plazo y que el poblado de A Pasaxe existe desde hace cuarenta años.
Además, igual que otros gobiernos anteriores, como el del PP, que erradicó el poblado de Penamoa, el Gobierno de la Marea Atlántica insiste en que “temos que levar a cabo un traballo discreto”.

El Ayuntamiento demolerá tres chabolas vacías de A Pasaxe la semana próxima

Te puede interesar