La planta de reciclaje de Nostián lleva intervenida desde enero, cuando Albada, la actual concesionaria, entendió que la finalización del contrato (la Marea Atlántica no licitó un nuevo pliego a tiempo) le eximía de procesar la basura del área metropolitana. El Ayuntamiento se decidió por la intervención y, en estos seis meses, Nostián ha funcionado normalmente. Pero el período de intervención acaba en agosto, y el nuevo pliego está sin licitar, así que la Concejalía de Medio Ambiente estudia dos posibilidades: o Albada acepta seguir con la gestión en los mismos términos hasta que esté lista la nueva concesión o firmar un contrato de emergencia con otra empresa.
Por supuesto, los trabajadores están más interesados en que se formalice un nuevo convenio, dado que el anterior también expiró este año. La semana que viene está previsto que la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, se reúna con el comité de empresa de Albada e informe a los trabajadores de las novedades, pero se espera que le propongan a Albada seguir con la prórroga en las mismas condiciones o el 31 de agosto se contratará a una nueva empresa mediante un procedimiento de emergencia. Los plazos que se barajan es que a finales de este año estén listos los nuevos pliegos y que para dentro de un año, en julio de 2021, estará en marcha la nueva concesión.
Relaciones muy fluidas
Lo más probable es que Albada escoja la opción de agotar la prorroga, puesto que las relaciones con el Ayuntamiento son muy fluidas, a pesar de todo. Además, la cuestión es hasta qué punto es deseable gestionar las instalaciones de Nostián este momento. La Concejalía de Medio Ambiente parece confiada en encontrar candidatos a firmar el contrato de emergencia pero el propio presidente del comité de empresa de Albada, Julio Martínez Maceiras, reconoce que la planta, que tiene ya veinte años, precisa una reforma en profundidad. “Se está cayendo por sí sola”, advierte.
La parte más nueva es la zona de selección automática de envases, renovada hace cinco años, que funciona a pleno rendimiento, pero la antigua planta de compostaje que se halla al término de su vida útil, y los vasos de rechazos todavía están pendientes de ser sellados de forma definitiva, que es deber de la concesionaria.
A día de hoy, el compost que se produce ahí no es apto par la agricultura, porque la mayor parte es un “biorresiduo estabilizado”, con un alto contenido en metales pesados. Hay que decir que el problema es, sobre todo, de separación en origen.
Inversión
El Ayuntamiento sabe que el complejo está obsoleto, por eso el año pasado Fontán anunció que el nuevo contrato para la gestión de la instalación de tratamiento de residuos de Nostián irá acompañado de una inversión de 44 millones de euros que dará lugar a una nueva planta.
Los pliegos del nuevo contrato de la planta de Nostián se habrían enviado al área de Contratación, a finales del año pasado. El valor estimado del nuevo contrato podría superar en total los 270 millones de euros, durará 15 años y el Ayuntamiento y el Consorcio As Mariñas exigirán un canon anual de diez millones de euros.