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jueves | 25 abril | 2024
El Ayuntamiento anuló hace un año el contrato que permitiría arreglar la zona de la rosaleda de los jardines de Méndez Núñez, una de las que presentan mayores desperfectos en este espacio emblemático de la ciudad.
Según lo acordado en la Junta de Gobierno local del 31 de julio de 2015, pocas semanas de entrar en María Pita, la Marea decidió “renunciar a la celebración de la contratación de obras de mejora en la zona de la rosaleda”, así como “notificar a los licitadores presentados al procedimiento y dar publicidad a través del perfil del contratante”.
Así, y después de que se presentasen varias ofertas tras la publicación de dicha oferta en abril de 2015, la concejala Eugenia Vieito daba por finiquitado el proyecto, que suponía liberar los más de 400.000 euros establecidos para la partida de obras.
En el momento de acordar la realización de los trabajos de mejora y arreglo de desperfectos, el Gobierno local, en aquel entonces en manos del PP, había realizado incluso un concurso de ideas en el que a finales de 2013 se conoció que el elegido sería el proyecto diseñado por el arquitecto Germán Camino Martínez junto a la licenciada en Ciencias Ambientales Mercedes Pérez Villalón y el licenciado en Ciencias Químicas Pedro Pérez Ruiz. Dicho plan, además de establecer las bases de la realización de las obras, reconocía también el mal estado “de la urbanización”, que calificaban como “no buena, sin llegar a ser deficiente”.
Entre las situaciones descritas estaba que las borduras de las jardineras presentaban golpes, fracturas y movimientos como resultado, de los más de 50 años sin apenas reparaciones. Además, apuntaban a que el firme de grava estaba mal compactado, lo cuál provocaba desniveles superficiales particularmente evidentes con la caída de la lluvia, al conformarse grandes charcos. Este problema se veía incrementado, también, por la inexistencia de un servicio de drenaje.
En cuanto al mobiliario, aunque se destaca el buen estado de bancos y papeleras, el proyecto llama la atención sobre los desperfectos en las farolas y la falta de uniformidad de estas, ya que detectaba cuatro tipos diferentes de luminarias en el mismo espacio.
En cuanto a los elementos específicos del jardín, como son los arcos de rosales que dan nombre al espacio, el proyecto aprobado señalaba “que se encuentran en mal estado (corrosión y deformación de sus piezas)”, algo que en la actualidad se observa por la falta de plantas que deberían hacer honor al nombre de la zona.
Entre las soluciones asumidas, y posteriormente anuladas por la Marea, estaban la recuperación del contorno de la zona, retomando el ancho de camino inicial y que las palmeras volviesen a integrarse en los parterres. En cuanto a la vegetación, la propuesta recuperaba los estratos medios y bajos mediante arbustos perennes y caducos que sustituyesen a los árboles en mal estado, además de mantener “la rosa como material de proyecto fundamental”, aportando nuevas tipologías de rosales.
Ahora, un año después de la anulación del contrato de obra y sin visos de que la Marea proponga una nueva actuación, los desperfectos parecen adueñarse de los jardines de Méndez Núñez en general y de la zona de la rosaleda en particular, un paso del tiempo que agrava la mala situación de esta simbólica zona.
