Aumentan los ciudadanos que no retiran medicinas

Resulta paradójico que cuando peor se trata a las farmacias desde las administraciones y con las deudas hasta el cuello, sus titulares hayan ido adoptando un papel preeminente en la salud de los pacientes.
Son los que muchas veces aconsejan a los coruñeses porque cada vez son más los que obvian las prescripciones y no retiran algunos de los fármacos recetados para no gastar, lo que también afecta a sus cuentas y a sus balances. Si no se vende, tampoco se suman los porcentajes correspondientes.
“Los pensionistas lo tienen muy controlado por el tope de los ocho euros pero esto ocurre, sobre todo, con los trabajadores del régimen general”, explica la presidenta de la Asociación de Empresarios de Farmacia, María José García.
Su homólogo en el Colegio Oficial, Héctor Castro, va más allá en sus afirmaciones y asegura que “la población con varias patologías llega a plantearse la conveniencia o no de retirar medicinas”.
“Nosotros intentamos que continúen con el tratamiento porque si se lo han prescrito es por algo y un paciente mal controlado genera más gasto a la larga”, remarca. La premisa no es extraña porque si alguien no se medica para su enfermedad es probable que empeore y acabe sentado en una sala de urgencias o en el ambulatorio. n

Aumentan los ciudadanos que no retiran medicinas

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