Los atrasos de la Marea al tramitar obras enquistan la mejora de las infraestructuras

Los atrasos de la Marea al tramitar obras enquistan la mejora de las infraestructuras
El mercado de Adormideras aún está pendiente del cambio de cubierta | quintana/patricia g. fraga

El Gobierno local de la Marea no acaba de entenderse con los plazos de las tramitaciones y la burocracia a pesar de que solo resta un año de mandato antes de la nueva convocatoria de elecciones. Así se pone de manifiesto a tenor de los problemas que se suceden con diferentes obras por toda la ciudad, en las que por más que el Ayuntamiento anuncia unos plazos estos se cumplen en muy pocos casos. Los ejemplos de las actuaciones de mejora en infraestructuras de todo tipo que se han enquistado en el tiempo son numerosos: van desde la calle de la Torre a la cubierta del mercado de Adormideras, pasando por los cuatro meses de atraso acumulado que lleva la apertura de la nueva calle del polígono residencial de Náutica.

El alcalde, Xulio Ferreiro, y su equipo sortean desde hace algunos meses la aportación de fechas concretas para el inicio o el final de los trabajos en calles, mercados y otras instalaciones, debido a que pocas veces sus cálculos se han cumplido. La razón podría ser, como han reconocido en alguna ocasión, que temen dar unos horizontes temporales que luego sean fiscalizados por la oposición o la ciudadanía porque no suelen cumplirse.

Calles y mercados
El Gobierno municipal no domina todavía los plazos de la administración pública, como ya se puede ver por toda la ciudad a través de actuaciones inacabadas meses después de lo comprometido. Por ejemplo, la pasada semana el mercado de Adormideras se recubrió de andamios para retirar la uralita de la cubierta, cuando la promesa hecha a los comerciantes es que la actuación estaría solventada en marzo.
En este momento también trabajan operarios en la reurbanización del tramo de la calle de la Torre más próximo al Ayuntamiento y, pese a que el ritmo es bueno, Ferreiro anunció el inminente inicio de la modificación en el primer trimestre del año, cuando la maquinaria no llegó a la zona hasta abril.

Aún más complicados son casos como los de la calle de Náutica que el concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, había pensado inaugurar antes de despedir 2017 y sigue sin abrir al tráfico rodado. En Palavea hay dificultades para seguir con un arreglo, en este caso por falta de entendimiento con los vecinos que no permiten seguir con la retirada de plazas de aparcamiento.
En el Paseo Marítimo, a la altura de la Comandancia de Obras, se creó una pequeña glorieta que aún estando acabada sigue cubierta de elementos como si fuese un elemento provisional, y lo mismo ocurrió en la carretera que conecta Matogrande y el polígono de Pocomaco, donde hubo elementos de obra durante varias semanas.
Las dificultades de cálculo o la decisión de atrasar un procedimiento también se notaron en Linares Rivas, después de que la Consellería de Infraestructuras acometiese unas variaciones en la parada para dar entrada a los autobuses metropolitanos y el Consistorio tardase en afrontar su parte del acuerdo cambiando las marcas viales de los carriles. Igualmente en la calle de San Vicente, donde se generó mucho malestar vecinal y comercial, el tiempo no fue el esperado.

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