Los aterrizajes en Alvedro con niebla aún dependen de la pericia visual de cada piloto

Los aterrizajes en Alvedro con niebla aún dependen de la pericia visual de cada piloto
El uso del sistema para tomar tierra depende de la cantidad de niebla | pedro puig

La niebla que reducía la visibilidad en el aeropuerto de Alvedro en la mañana de ayer trató de forma desigual a distintos vuelos. Mientras un avión tuvo que desviarse, otro logró tomar tierra gracias a que tenía activo el sistema automático. Sin embargo, llegar a la pista sigue siendo casi una cuestión de suerte y de la pericia de cada piloto, debido a que el utilizar esta herramienta para llegar no es posible si el comandante no ve alguna señal de la ubicación de la infraestructura desde el punto marcado para frustrar los aterrizajes en caso de necesidad.
Un avión procedente de Madrid consiguió dejar a los pasajeros en la terminal de Alvedro en uno de los momentos de menor visibilidad de ayer contra todo pronóstico. Esto fue posible dado que la tripulación de la aeronave utilizó el sistema automático.
Con esta solución, y teniendo en cuenta que todos los aviones cuentan con esta ayuda a la navegación, parece que debería ser relativamente fácil evitar los desvíos por causas meteorológicas, pero emplear este sistema de guiado automático solo es posible en unos pocos casos debido a la normativa vigente.
Los expertos consultados por este diario indican que si no se ve la pista al sonar el radio altímetro se coge el mando y se frustra la bajada porque con el ILS en categoría II –la ayuda al aterrizaje que existe en A Coruña– por normativa no se puede dejar que el avión entre solo en pista si no hay algo de visibilidad para el piloto. Bastaría, por ejemplo, con poder divisar las luces previas a la pista.
Por ello, esta herramienta solo suele utilizarse de forma habitual en aeródromos con ILS de categoría III, en su versión más avanzada. Aún así, algo se ha mejorado con la bajada de la distancia mínima a la pista para frustrar la llegada por parte de Enaire, que deja avanzar hasta estar sobre la autopista en vez de tener que fiarse de la visibilidad en Montrove. l

Los aterrizajes en Alvedro con niebla aún dependen de la pericia visual de cada piloto

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