“Llegaremos hasta donde haga falta”, avanzaba a principios de semana Carlos Cayado, el presidente, entrenador y principal impulsor de la Asociación coruñesa de Waterpolo. Lo decía para alertar a la empresa Gaia Gestión Deportiva de que el club peleará duro contra su decisión de romper el contrato por el que los deportistas entrenaban hasta agosto en la piscina de Elviña.
Dicho y hecho. Los chavales protagonizaron ayer a las puertas del complejo la primera de sus movilizaciones –repetirán en una semana– para pedir la rescisión de la concesión de los espacios deportivos a esta empresa, por no defender el deporte base.
Por su parte, la concesionaria –que también gestiona las instalaciones de A Sardiñeira y el Agra– se reafirmaba ayer en su decisión de rescindir el convenio con la asociación deportiva en favor de otros clubes y defiende que las bases así lo permiten. También asegura que sigue apostando por el deporte y, de hecho, ayer anunciaba un nuevo convenio deportivo, con el Club Ciclista Riazor.
Entretanto, desde la Asociación de Waterpolo ya han interpuesto una demanda de conciliación y esta semana solicitaron una entrevista con el secretario xeral de Deporte, para demandar la mediación en el conflicto de la Xunta, la propietaria de las tres instalaciones deportivas. n