Asaltan a pedradas dos negocios en la zona de la avenida de Finisterre

Asaltan a pedradas dos negocios en la zona de la avenida de Finisterre
Del negocio de mascotas no pudieron llevarse nada porque los cristales son de seguridad | pedro puig

Dos comercios de la zona de la avenida de Finisterre se despertaron el miércoles con una estampa poco habitual. En la boutique y peluquería canina Good Boy!, situada en el número 38, todo se quedó en un susto. La responsable de la tienda, Silvia, cuenta que cuando llegó para abrir el negocio se encontró con dos piedras de dimensiones importantes y dos “chinacitos” en el escaparate.
La comerciante señaló que la entrada tiene como una parte que da a la calle y otra metida, ambas equipadas con cristales de seguridad, por lo que los asaltantes no fueron capaces de romperlos y se marcharon con las manos vacías: “Llegué a las diez y me encontré con todo esto”. Los delincuentes no insistieron: “Ni siquiera forzaron la cerradura” y como las pedradas no surtieron el efecto esperado, huyeron. No sin antes intentarlo en un local vecino.
Se llama Modas Rui y ocupa el número 13 de la calle de Médico Rodríguez. Lo regenta una familiar de origen chino desde hace 13 años. Es la primera vez que algo “así con violencia” les sucede, pero afortunadamente cuando llegaron a la tienda como todos los días, se toparon con esta precintada por la Policía Nacional.
Al parecer, un hostelero, más madrugador que ellos, se percató de los daños y dio aviso a los agentes, que se personaron en el lugar y tomaron las medidas oportunas. En este caso, el lanzamiento de una tercera piedra provocó no solo la rotura del cristal, sino también destrozos en el escaparate dedicado a la moda y a los complementos. De esta vez, los ladrones sí que obtuvieron recompensa y llenaron los bolsillos de bisutería valorada en aproximadamente 250 euros.
Además, la propietaria comentó que tuvo que sustituir la luna delantera y “se rompieron cosas de dentro”, por lo que las pérdidas ascienden a los 500 euros. Cuando llegó la mujer, vio un boquete muy grande y cristalitos desperdigados por el suelo: “Estaba muy peligroso”, añadió.
Barrio tranquilo
Rui asegura que se asustó muchísimo, pero que la gente fue muy amable y le ayudó a pasar el mal trago. A excepción de lo ocurrido, la vendedora destaca que la zona es muy tranquila y que en todo el tiempo que lleva detrás del mostrador, nunca supo de un robo o suceso similar. l

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