La apuesta de Repsol sirvió “para arrastrar a otras compañías” hacia la inclusión social

Si el director del centro especial de empleo Fuertes Servicios, Secundino Gómez, criticó los problemas con los que se enfrentan a diario, Repsol mostró en el debate un plan de acción que ha sido visto como un ejemplo por muchas otras compañías.
“Nosotros no hacíamos ninguna publicidad hasta que la ONCE nos lo pidió porque podía impulsar la integración de personas con discapacidad en otras empresas y sí tuvo un impacto positivo; sirvió para arrastrar a otras compañías”, comentó ayer la subdirectora de Cultura Corporativa de Repsol, María Soledad Pérez.
Desde que echó a andar, su proyecto de inclusión laboral de gente con capacidades diferentes no ha dejado de crecer. El germen fue el pensar que “la aportación de cada persona es importante por pequeña que sea”. Gracias a ello y a superar “los prejuicios”, el grupo ha pasado de emplear a 131 discapacitados en 2004 a los 532 del año pasado. En todo el mundo son 654 personas en estas circunstancias las que forman parte de Repsol.
“Fue un cambio importante: a la organización hay que prepararla con jornadas de sensibilización que se siguen haciendo”, explicó Pérez, que reconoció que antes de incorporar a alguien  a la plantilla examinan sus capacidades. Además a la hora de subcontratar algún servicio hoy pesa mucho que la empresa en cuestión cumpla con la Ley de Integración Social del Minusválido (Lismi). n S.D.

La apuesta de Repsol sirvió “para arrastrar a otras compañías” hacia la inclusión social

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