El antiguo desagüe de la Dársena dejó su lugar al vial subterráneo de O Parrote

El antiguo desagüe de la Dársena dejó su lugar al vial subterráneo de O Parrote
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Con motivo de la construcción del nuevo vial subterráneo de O Parrote, se procedió a la demolición del antiguo desagüe de la Dársena de O Parrote, cuyas aguas vertían en la ensenada y databa de finales del siglo XVIII.

El 15 de diciembre de 1791 y considerando que la primera atención es facilitar el desagüe o salida de las inmundicias que se depositaron en el hueco o foso que hay entre las casas de la calle Real que dan al mar, y las que se han hecho delante de ellas, conocidas como Casas de Paredes, para evitar las consecuencias que pueden resultar contra la salud pública, se encargó al señor presidente pasar oficio al caballero comandante de ingenieros Fernando de Gaver, para que con concurrencia del ingeniero de la plaza, Juan Meric, y del de Marina, Eustaquio Giannini, examine este punto. 

Para ello se le debían pasar los antecedentes y recursos que hay pendientes de aquellos vecinos, proponiendo los medios que hallen oportunos a fin de que la junta tome la providencia más conforme y el remedio que tanto conviene.

Pasado algún tiempo, el 9 de febrero de 1792, el personero solicita que en el ínterin que se construya un conducto general por el que tengan salida las inmundicias que se depositan en el foso o callejón que media entre las casas que dicen de la Marina y las de la calle Real y que se limpie de las que tiene actualmente. 

Por ello la junta acordó que se ejecute y se dé aviso al administrador general de las rentas provinciales para que diga el día que al efecto podrá tener desembarazado el almacén de su casa y abierto el conducto de la misma para dar en consecuencia principio de la providencia.
El 12 de febrero la junta acuerda que se pase oficio a Pedro Quintana para que franquee el conducto de su casa para dar salida a las inmundicias detenidas en él, avisando el día que podrá tenerlo abierto para que se trate de hacer el conducto general y la pavimentación de esa calle para lo que el arquitecto formulará el cálculo correspondiente.

El 23 de marzo se aprueba por parte del arquitecto el plano del conducto general entre las casas de la Marina y las de la calle Real, y que su obra se haga por administración, solicitando antes la aprobación del fiscal del consejo.

Subasta
El 30 de abril del mismo año, la junta da cuenta de que ha visto una carta del fiscal del consejo devolviendo el plano del conducto de la calle nueva que se formó entre las casas de la calle Real y las que a su frente se hicieron hacia la Marina, previniendo que se publique y saque esta obra a subasta. También se acordó que el arquitecto formase las condiciones a las que se habían de arreglar los postores y que el escribano de Ayuntamiento hiciese saber esa deliberación de Fernando Agar, por si tuviese que exponer en el particular a la junta ya que debía atravesar por su casa.

El 14 de mayo de 1792 el administrador de rentas provinciales, Pedro Quintana, en oficio que pasó dos días antes, solicitó que el arquitecto José Elexalde declarase si el caño que pasaba por debajo de la casas de la administración de rentas provinciales y que comunica el agua del mar con el callejón que media entre las casas nuevas y las de la calle Real, debía quedar en los términos y con las dimensiones que tenía cuando el administrador general dispuso cerrarlo debido al peligro que causaba a dicha casa de Administración y real hacienda.

Por ello la junta acordó que el corregidor hiciese comparecer a José Elexalde y le tomase la expresada declaración.

El día 31 del mismo mes la junta decidió ejecutar la obra que necesitaba el conducto de la casa en que vivía el administrador general de Rentas Provinciales, Pedro García de Quintana, para ponerle en el estado de su construcción por el Arquitecto José Elexalde, bajo la inspección del Arquitecto de esta Ciudad, Fernando Domínguez.

La obra gue ejecutada, según lo indicado, y el desagüe de las casas de la calle Real y de la Marina, más próximas a las Casas de Paredes, vertían sus residuos al mar de la Dársena por el punto indicado y más próximo del embarcadero del muelle, haciendo pared con la prolongación que continuaba hacia O Parrote, cuyo caño de piedra puede verse todavía hoy en día.

El antiguo desagüe de la Dársena dejó su lugar al vial subterráneo de O Parrote

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