Un año desde que la cultura “tomó” la casa de la estación

Cumplirán un año despachando billetes de cultura en la estación de trenes. La Casa Tomada celebrará los doce primeros meses a pie de vías con música, proyecciones y convivencia en una jornada, el día 30, que comenzará al mediodía con una sesión vermú y no terminará hasta las dos de la mañana en lo que prevén será un encuentro con los que un día entraron por la puerta a ver qué se cocía y regresaron.
Lucía, encargada junto con Marcos del área familiar, así lo explica: “O que vén, soe voltar”. Y precisamente porque gusta, los seis o siete que están a la cabeza del pelotón y gestionan cada uno de los apartados que quieren alimentar de ideas y cultura no cesarán en su empeño. De aportar una cara b a la cultura que viene en los programas oficiales.
Para ello, necesitan apoyos que supongan más cruces en el calendario anunciando eventos. El colectivo encargado de disparar acordes, artes escénicas, documentales, debates, teatro, cuentacuentos y talleres hace una llamada a los coruñeses con ganas y tiempo libre para aumentar la oferta con nuevas ideas. Que a la vez salpimenten a las que ya crecen con fuerza desde hace un año en La Casa Tomada.
El viejo almacén reconvertido en contenedor cultural sigue fiel a su filosofía inicial. No cobra. Solo recibe aportaciones voluntarias que van directas a los artistas. Es más, en el caso de las actividades para familias lo máximo que entra en la hucha son cinco euros. El objetivo está en que todos tengan acceso a la programación.

CUANTOS MÁS, MEJOR
Es por eso que firman un acuerdo simbólico con los creadores que se pasan por ahí y el resultado son kilos de sonrisas y de buenas sensaciones en un local que pretende poco a poco aumentar el total de títulos documentales a proyectar, de generar más debates porque el acercamiento es básico, ahora que todo el mundo camina por su lado.
En este sentido, Lucía está muy contenta con la respuesta del público. No esperaban que la reacción fuera tan positiva teniendo en cuenta la ubicación y que, al final, las personas son animales de costumbres. A las que es muy difícil cambiarles el hábito.
Un año después, timbran a la puerta todo tipo de espectadores. Los que van a pasar un rato animado toque el grupo que toque y los que van a tiro fijo: “Temos un montón de visitas ás que lles gusta o que facemos e o que ven”. A los que hacen posible que la casa siga “tomada” por la cultura les gustaría tener más manos para organizar.
De ahí que en septiembre convoquen una “quedada” escénica con el objetivo de darle orden al apartado de las artes que se disfrutan en movimiento: “Estamos abertos a novas ideas e a xente que queira colaborar”, dice Lucía. La coordinadora recuerda que es una entidad sin ánimo de lucro que ventila citas gracias al tiempo que le quitan los “siete” a los días en los que toca descansar.
Con la cooperación de otras agrupaciones que han pasado por sus instalaciones como Proxecto Cárcere con “Coruña Baleira”, la Casa Tomada se empapa de contenidos. De gente que la “toma” como residencia artística o como plató para la grabación de videoclips, o de colectivos que la utilizan para informar de determinados temas.
Lucía recuerda el impulso inicial de O Peto, que les ayudó a subir las persianas un 30 de agosto de 2013. En todo este tiempo, algunos de los que arrancaron el proyecto ya no están. Otros se han incorporado y, en definitiva, los que están no descansan y apuran al máximo su tiempo libre para continuar explorando: “Pódese facer o que se queira”.
En un reducto que el 30 soplará una vela a golpe de churrascada, pinchos y eventos aún por desvelar. Todos con carácter gratuito. Para que todo el mundo pueda “tomar” a la construcción que pace al lado de los Talgo y de los media distancia. En esa intención de ir más allá de lo de siempre. n