La amenaza de olas de seis metros obliga a blindar el litoral coruñés

La amenaza de olas de seis metros obliga a blindar el litoral coruñés
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La ciudad afrontó ayer el que fue el peor temporal desde que comenzó la temporada cerrando los accesos al mar que ofrecían más peligro. Durante varias horas, olas de hasta seis metros se estrellaron contra las rompientes que ofrecían La Coraza y Las Esclavas y que tuvieron que ser cerradas al público, pero en esta ocasión las ondas no causaron daños materiales. Sin embargo, el peligro obligó a mantener la vigilancia durante todo el día y no está previsto que la alerta naranja finalice hasta las nueve de la mañana de hoy, con la mejoría del tiempo.
Todo el día de ayer estuvo marcada por el mal tiempo pero, sin duda, el mayor peligro lo ofreció la pleamar de las cinco de la tarde, cuando las olas subieron por la playa para estrellarse contra el Paseo Marítimo. No solo el de A Coruña, sino el de otras municipios del área, como el de San Cruz Oleiros, se convirtieron en verdaderos rompeolas, desaparecido el arenal bajo el agua, y llegaron a cubrir el firme.
Los servicios de emergencia se encargaron de cerrar el acceso a todos ellos. Sin embargo, como A Coruña se encuentra en una península, los cierres fueron más numerosos: la Casa de los Peces, la zona de Adormideras más cercana al mar y el parque infantil, e incluso la Torre de Hércules, tuvieron que ser prohibidas a los transeúntes hasta que bajó la marea.

momento álgido
En su momento álgido, la espuma llegó a cubrir el espigón de La Coraza, como ya había hecho durante la anterior pleamar pero en el resto de la bahía, las dunas cumplieron su labor protectora y el Paseo Marítimo no llegó a inundarse, excepto de curiosos que, teléfono en mano, sacaban fotografías de las espectaculares olas de seis metros, a pesar de que la lluvia caía de forma casi continua. A pesar de todo, lo más probable es que en los próximos días las excavadoras tengan que volver a los arenales para reparar los daños que el temporal dejó en las dunas.
Mientras todo esto ocurría en la costa, en tierra no se registró ningún incidente digno de mención pero, en el aire, las fuertes rachas de más de cincuenta kilómetros por hora que soplaron durante toda la tarde acompañada de chubascos intermitentes afectaron al tráfico de Alvedro.
Iberia, por ejemplo, decidió desviar a las siete y media un vuelo procedente de Madrid a Santiago sin intentar aterrizar “por ausencia de ayudas instrumentales”. Una decisión que fue mal recibida por parte del pasaje, que consideraba que por lo menos tenía que haber ensayado una aproximación, como hizo otro avión de AirEuropa para aterrizar con el viento en contra. Un tercer aparato, este de Vueling, fracasó en su primer intento  debido al viento de cola.
Tras las dificultades de ayer, a lo largo del día de hoy se espera que el tiempo continúe mejorando, aunque las autoridades no descartan mantener una alerta amarilla.

La amenaza de olas de seis metros obliga a blindar el litoral coruñés

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