La amenaza de derrumbe obliga a entibar el interior del socavón de Rubine

La amenaza de derrumbe obliga a entibar el interior del socavón de Rubine

Los trabajos de reparación del colector de la avenida de Rubine, cuya cubierta se vino abajo durante temporal del pasado martes, continúan, aunque a un ritmo más lento de lo esperado. No fue hasta las seis de la tarde que se terminó de instalar un estructura metálica en el fondo del boquete, necesaria para garantizar la seguridad de los operarios.
El problema, como hizo notar el concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, es que el subsuelo de esa zona es arena, así que cabía la posibilidad de un nuevo derrumbe que atrapara a los obreros mientras hacían su trabajo, de ahí la necesidad de un entibado metálico. Fueron técnicos del servicio de mantenimiento los encargados de colocar la estructura, de tres por cinco metro, y para cuya instalación fue necesaria una grúa. 
Sin embargo, la actuación de maquinaria pesada no implicó nuevos cortes de tráfico más allá de los que se habían realizado en jornadas anteriores y que obligaron a cerrar a la circulación tanto la avenida de Rubine como la calle de Riazor (antes calle del comandante Barja). Tras concluir la instalación de la estructura, el concejal de Regeneración Urbana, que acudió a comprobar el desarrollo de las obras, explicó que ahora los operarios podrán “traballar no interior con seguridade absoluta”.

reparación
En un principio, se esperaba que hoy tuviera lugar ya la reparación del colector de aguas residuales, que había quedado inutilizado después de que el mar rompiera la cubierta de asfalto y filtrara tanta arena que atascó las tuberías. El día anterior se había dedicado a ensanchar con una pala excavadora el socavón para construir un talud que permitiera llegar hasta el fondo del depósito con la maquinaria pero, a medida que la pala progresaba, quedaba más de manifiesto la inconsistencia del terreno, de manera que trabajar a profundidades de cuatro o cinco metros entre paredes de arena mojada ofrecía un peligro evidente. 
Sobre todo, porque el tiempo no acompañaba. No dejó de llover durante toda la noche, y durante el día el tiempo siguió siendo bastante lluvioso, lo que obligó a bombear de nuevo el agua acumulada. El concejal alabó el desarrollo de la actuación por parte de los servicios de emergencia municipales, tanto Policía Local como Bomberos. 
Ya durante el martes, los bomberos se dedicaron a realizar labores de achique en tres comunidades de vecinos de la calle Rubine para expulsar el agua que se había filtrado en sus sótanos, empujada desde el colector destruido. La labor de los servicios de emergencia evitó que llegara el nivel del agua a las instalaciones eléctricas y se produjera un apagón. 
La estación de bombeo de San Roque, que absorbe el 80% de las aguas residuales de la ciudad, soportó entre las 19.30 y las 21.00 horas del lunes un caudal de 9.800 metros cúbicos por hora de agua, el triple de las medidas del resto de la noche, con una media de 2.300 metros cúbicos por hora.

La amenaza de derrumbe obliga a entibar el interior del socavón de Rubine

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