El ambiente se agita en María Pita a cuatro meses de las elecciones

El ambiente se agita en María Pita a cuatro meses de las elecciones
El pleno del próximo día 11 se prevé bastante tenso por la presentación del presupuesto | javier alborés

Quedan cuatro meses para que se celebren las elecciones municipales pero las novedades en las últimas fechas en torno al presupuesto y a la cesión de la cárcel pueden haber sido el detonante que faltaba para que se recrudezcan los enfrentamientos entre las formaciones de la oposición sin vuelta atrás.


La ciudad no tendrá presupuesto previsiblemente hasta después de las elecciones y solo falta la confirmación en el pleno del 11 de febrero. El PSOE dijo “no” a un proyecto de cuentas de la Marea que, después de urgir una respuesta socialista, todavía no tenía preparado para llevar a aprobación. Mientras, el Partido Popular y el BNG critican el retraso y la falta de información sobre el presupuesto.


Entre todos crean una atmósfera de fuego cruzado ya que el Ayuntamiento se siente perjudicado por la falta de apoyos y culpa a la oposición, que reclama un modificado para asegurar los convenios con entidades, de perjudicar los intereses de la ciudad al impedir nuevas inversiones.

Por si las diferencias sobre el presupuesto no eran suficientes, la llamada de la jueza a la concejala Claudia Delso para declarar como investigada por la cesión de la antigua prisión provincial a Proxecto Cárcere aumentó la tensión en los pasillos del palacio de María Pita.

Aunque los partidos ya se encuentran en precampaña desde hace algún tiempo con apariciones de sus candidatos, ya existe un incremento de estos actos en las últimas semanas que provoca que casi todo lo que sucede en torno a la política municipal se produzca en clave electoral y con vistas a mayo.

La ausencia de presupuesto también contribuye a alimentar esta situación ya que el hecho de no tener unas cuentas sobre las que iniciar nuevos proyectos influye en que la actividad desde el Gobierno municipal sea menor, a quien la oposición le recrimina desde el inicio de mandato un ritmo lento en la gestión.


Las cuentas irán a pleno dentro de dos semanas y salvo giro radical serán rechazadas, lo que dejará un panorama hasta que lleguen las elecciones solo enfocado a recabar votos.

El ambiente se agita en María Pita a cuatro meses de las elecciones

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