Alumnos del curso de la Zona Obelisco prueban técnicas de venta en San Andrés

De la teoría han pasado a la práctica. En tan solo un mes. Los 15 alumnos que comenzaron en mayo el curso para formar a desempleados en dotes de atención del pequeño comercio que promovió la Asociación Zona Comercial Obelisco –en colaboración con la Cámara de Comercio, la Consellería de Traballo e Benestar y la Federación de Escolas Familiares Agrarias– ya han pasado al apartado de trabajo real, o casi. El presidente de la agrupación empresarial, Antonio Amor, confirma que los estudiantes trabajan en un local cedido como si atendiesen una tienda pero a puerta cerrada.
En cuestión de semanas, los alumnos desembarcarán en una decena de establecimientos de la Asociación Zona Comercial Obelisco y, para ello, necesitan una formación muy precisa sobre cómo tratar al público en un momento en horas bajas del consumo. “Están en un local alquilado en San Andrés con un taller de prácticas y después de un mes todos juntos con los profesores se repartirán por las tiendas de los asociados”, concreta Amor.
Allí pasarán el verano para dar vida a un sector alicaído que en la presentación de los cursos el representante defendía a capa y espada. “Precisamente es para que no se cierren más comercios”, aclaraba el motivo de impulsar este tipo de proyecto en un campo donde se suceden los cierres –aunque en las últimas semanas también se están viviendo muchas aperturas–. Para Amor, allá por mayo “uno de los motivos por los que cierran muchas tiendas es la falta de profesionalidad, porque la gente no está capacitada para llevarlas, y otro es la falta de relevo generacional”.
Por ello tanto los asociados de la zona comercial como los estudiantes están “muy contentos e integrados”. En este sentido, la responsable directa de la formación, Mari Espiñeira, aclara que las compras en esta tienda-taller serán imposibles para los coruñeses. “Están haciendo prácticas, aprenden a hacer composturas, se les enseña cómo hacer los encargos, cómo se recogen, a aceptar las reclamaciones...”, enumera la profesora, que subraya que para ello era fundamental “una acción formativa con las características de una tienda real”. Incluso aprenden técnicas de merchandising pero con la persiana bajada.

proyecto experimental
Espiñeira –que pese a pertenecer a la Federación de Escolas Familiares Agrarias quiere dejar todo el protagonismo de impulso de la iniciativa a la Asociación Zona Comercial Obelisco– defiende que, en todo caso, este es un “proyecto experimental” para ajustar la formación de desempleados a las particularidades del comercio tradicional.
“Estaban preocupados porque no tenían gente formada para el pequeño comercio; la formación que se les da a los jóvenes va más orientada a ser dependiente de grandes superficies”, lamenta la maestra. Lo hace porque ese tipo de cursos se olviden de la atención más personalizada al cliente, de conocerlo o de que “hay que hacer un poco de todo lo que haga falta y no solo una tarea concreta”.