Algunos de los afectados fueron okupas en A Moura

La imagen del Plan Especial de Penamoa había sufrido ya un duro revés durante la ocupación de pobladores gitanos del edificio vacío de A Moura, a pesar de que el concejal del Servicios Sociales, Miguel Lorenzo, aseguraba cuando estalló la situación que no se tenía noticia de que ninguno de los chabolistas reconvertidos en okupas estuviera integrado en el programa de inclusión municipal. Pocos días después, se supo que eran cerca de diez antiguos pobladores, que se habían acogido al plan, ya fuera en régimen de alquiler o de propiedad, los que se habían instalado en los pisos de uno de los cinco portales del inmueble de la avenida de Finisterre ante la imposibilidad de hacer frente al impago acumulado del alquiler o de la hipoteca. Uno de ellos era el propio Moisés Rivero.

Ante esta situación, los trabajadores de Servicios Sociales visitaron el edificio de A Moura para convencer a los que lo ocupaban de que debían marcharse. El propio Lorenzo reconoció públicamente la existencia “puntual” de alguno de los pertenecientes al programa de inclusión y advirtió tajante de que “toda aquella persona que estando dentro del Plan Especial de Penamoa intentase ocupar una vivienda del edificio de A Silva” perdería las ayudas municipales que estuviera percibiendo.

Poco después, los pisos ocupados empezaron a vaciarse uno a uno, pero el problema de fondo quedó sin resolverse y ahora ha salido de nuevo a la superficie. n A.p.

Algunos de los afectados fueron okupas en A Moura

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