Algunas pistas para encontrarse

Algunas pistas para encontrarse
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La Fundación Seoane presenta desde ayer la primera retrospectiva en España de la fotógrafa y cineasta Valerie Jouve, una oportunidad para conocer la obra de una artista que, según el director David Barro, podría estar colgada en cualquier museo de primera fila. 
Hoy está aquí, protagonizando un desfile de sentimientos por descifrar. Es el espectador el que los va recolectando porque la francesa no entiende otra forma de hacer fotografía. Las hay que lo dicen todo y las que crean enigmas sobre dónde vienen y qué quieren decir: “Es es la cuestión más importante”. 
Por eso, “Corps en resistance” se compone de algo más que de retratos de personas y edificios. Barro compara las inquietudes de la artista con las del propio Luis Seoane, que colocaba albatros en sus lienzos para que sobrevolaran todo el territorio. A Valerie también le interesa  el exilio y la exclusión de personas humildes. Por esa razón, explica el experto, se fue hasta Lyon para recoger la segunda generación de inmigrantes en su cámara y hacer reflexionar sobre sus destinos y su forma de adaptarse: “O territorio sempre desplega unha historia”. Y Jouve es una coleccionista de ellas como buena antropóloga que es. 
Las imágenes informan. Emiten pensamientos porque en ningún caso salen sin más. Antes de darle al clic, cuenta Jouve que hay todo un proceso de elaboración que puede ir desde un mes hasta un año. Cuando Valerie dispara está confirmando que hay algo que contar a través de edificios o personas. De árboles, en los que se fue refugiando poco a  poco y sin darse cuenta. 
En la muestra está parte de toda una vida buscando. Un trabajo que Barro define como político y que bebe de las corrientes de los 80, cuando la fotografía comenzó a ser escenificada por personajes, una especie de actores con gestos donde enseñan su lado político. Los coruñeses tienen una oportunidad para pasear entre espacios habitados y figuras en tránsito, “sempre desubicadas e grises como as oficinas”. 
Su personalidad se palpa tanto en el enfoque que le da a las propuestas como en el montaje de las instantáneas, que siguen una narración abierta. Valerie apunta que las fotografías tienen feeling como la gente, que el mundo no se puede separar y que lo que inmortaliza en España podría pasar perfectamente en Francia. El resultado se puede ver hasta el 17 de enero en una coproducción de la Fundación Seoane y Jeu de Paume, de París, que le ponen guión a 25 años de trayectoria. Además de imágenes, el espacio recoge también parte de sus películas y una instalación titulada “Blues”, creada expresamente para la ocasión. 
La pieza incide en esa relación entre el individuo y su entorno que proclaman el resto de las obras: “Todos tenemos una capacidad de resistir a un camino dominante”. Es responsabilidad, de cada uno buscar esa opción b, explica. En la exposición, sus personajes, sus fachadas y transeúntes dan algunas pistas de cómo hacer y por dónde ir.

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