La alerta naranja azota la ciudad con granizo y obliga a cerrar las playas

La alerta naranja azota la ciudad con granizo y obliga a cerrar las playas

Una nueva alerta naranja obligó ayer a cerrar los arenales de la bahía del Orzán. Aunque  la posibilidad se había contemplado desde un principio, no fue hasta las doce menos cuarto de la mañana, cuando comenzó la pleamar, cuando las autoridades tomaron medidas, al ver que las olas, de cinco metros de alto, salpicaban tanto en Las Esclavas como en La Coraza. Durante media hora, permaneció cerrada al público, aunque sin incidentes. 
Hasta el último momento, se dudó de si sería necesario. Dentro de los parámetros de una alerta naranja, en el mar se pueden dar olas de siete u ocho metros, así que las ondas de cinco metros que se registraron ayer no parecían una gran amenaza. Sin embargo, el viento, que soplaba de componente norte, bastó para llevar a las ondas hasta el pie de las rompientes, levantando bastante espuma.

la Duna resistió
Por otro lado, el océano no llegó hasta la playa de Riazor, porque la duna la protegía. El montículo de arena que la protege durante el invierno de los embates de la marea, y había sido rehecha recientemente por las excavadoras después de que los pasados temporales la desgastaran. “Sabíamos que con la duna reciente iba a funcionar bien, que no íbamos a tener problema”, señalaron desde los servicios de emergencia. Y las previsiones se cumplieron: las olas no llegaron a rebasarla en ningún momento, de manera que tampoco fue necesario cortar la circulación peatonal por el Paseo Marítimo.
Mar adentro, algunos pesqueros desafiaron el oleaje crecido para faenar, sin que Salvamento Marítimo registrara ninguna incidencia. Ya en el interior, durante la mañana se registraron varias granizadas, pero la fuerza del viento fue moderado, dado que apenas superó los 40 kilómetros por hora, de manera que los bomberos no tuvieron que actuar por ninguna emergencia por el viento. 
Sin embargo, sí acudieron al mediodía al cruce de la calle de San Vicente con la ronda de Outeiro en respuesta a una llamada de la Policía Local, informando que se había desprendido un cristal de la ventana del quinto piso de un inmueble, y habían caído en la calle, con el consiguiente peligro para los viandantes. Los bomberos se aseguraron de que no cayeran más vidrios a la acera. 

lluvia intensa
También llovió intensamente: los pluviómetros registraron más de diez litros por  metro cuadrado durante horas, desde las cuatro hasta las ocho de la tarde. Pero fue el frío lo que provocó que gran parte de esa precipitación cayera en forma de granizo. 
El mal tiempo continuará durante toda la semana, pero los servicios de emergencias no esperan que se vuelva a declarar una alerta naranja. n

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