Acusada de obligar a 2 chicas a prostituirse dice que "hacían lo que querían"

Una de las acusadas de haber retenido supuestamente a dos jóvenes rumanas de veintidós años y haberlas obligado presuntamente a ejercer la prostitución en la localidad coruñesa de Guísamo ha asegurado hoy que "hacían lo que querían".
La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido esta mañana la primera sesión del juicio oral, que continúa mañana y el jueves, contra tres acusadas y una empresa por unos hechos que, según la Fiscalía, se produjeron entre el 29 de abril y el 3 de mayo de 2013.
Para las tres acusadas pide doce años de prisión, si bien dos de ellas han reconocido que en el establecimiento adonde llegaron las jóvenes rumanas se practicaba la prostitución, aunque han negado que las chicas fuesen obligadas o que tuviesen que respetar un horario.
La tercera acusada, que era la encargada y compañera sentimental del propietario, ha declarado que, según su criterio, no se ejercía la prostitución sino que "las chicas hacían lo que querían".
Su excompañero sentimental, con quien comparte una hija, ha afirmado que su local es un negocio de cinco estrellas, pues en él se alquilaban habitaciones a hombres y mujeres, aunque últimamente eran casi todo mujeres, y había bufé libre para desayunar, comer y cenar.
Los beneficios de su establecimiento provenían "de las copas y de los alojamientos", asegura, y alega que en su momento fue detenido "sin comerlo ni beberlo".
Un policía nacional ha comentado que uno de los factores que atemorizaba a las jóvenes era que un Guardia Civil de uniforme había acudido en al menos una ocasión "en actitud distendida" a pedir una consumición, de la misma forma que otros compañeros fueron al local aunque de vestidos de paisano.
El agente ha indicado que en su momento creyó la versión de las denunciantes, a las que vio "asustadas y temerosas", que contaron que cobraban el cincuenta por ciento de las copas que consumían sus clientes y cobraban cincuenta euros por media hora con ellos, con el primer servicio íntegro para la casa, han relatado.
La acusada de haber traído presuntamente a las chicas desde Rumanía, la única en prisión provisional, ha explicado que su función era tomar una copa con el cliente que le daba una propina y ha dicho que ejercía la prostitución para conseguir dinero para sus hijos, ya que no tenía ninguna ayuda.
Junto a ella, ha continuado, había otras quince mujeres que compartían actividad sin horario, pues todas tenían "libertad" e iban cuando querían, abonaban cincuenta euros por la media hora de la habitación y el resto lo negociaban con el cliente hasta llegar a un acuerdo.
Según su versión y la del resto de acusadas, había al menos una puerta que se podía abrir siempre desde dentro, aunque luego no se podía acceder desde fuera cuando el local estaba cerrado, por lo que cree que las chicas no estaban retenidas.
Otra acusada que ejercía de recepcionista reconoce que "había mujeres que se estaban ganando la vida" y afirma que ella solo se ocupaba de cobrarles por la habitación.
La tercera acusada ha dicho que las chicas -a las que ella vendía ropa como vestidos o disfraces- se podían quedar a dormir en las habitaciones si las pagaban, algo que hacían cuando no conseguían dinero para el taxi de vuelta, ha concluido.

Acusada de obligar a 2 chicas a prostituirse dice que "hacían lo que querían"

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